Estoy seguro de que en el 80% de los casos, ambos equipos coinciden. ¿Me equivoco?
Planteo una pregunta más, a ver si opináis como yo: ¿cuál es el equipo de la liga que recibe más técnicas por partido? Si estáis pensando en Picotas ahora pero no aparecía en las listas anteriores, es que algo estamos haciendo mal. O bien no somos conscientes de lo mucho que protestamos y repartimos, o bien nos hemos hecho con un aura de falta de respeto donde los colegiados están deseando que abramos la boca para hacer la señal de la T. Esta cuestión la resolveré más adelante en otro post. Ahora toca hablar del que se está convirtiendo en el nuevo clásico una vez Santa Rita abandonó el distrito.
Y es que antes de que empezara el encuentro, ya se podía mascar un aire de rivalidad insana, sabedores, quizá, de que el vencedor de este encuentro será el campeón de invierno. Los Picotas demostraron estar a la altura a pesar de las circunstancias, disputando la victoria hasta el último minuto, sin rendirse ante las adversidades, dejándose la piel en cada acción. Pero vayamos, como siempre, por fases.
El partido arrancó como viene siendo la tónica en estos inicios de temporada, poco acierto en ambos lados de la cancha y el marcador 0-0 durante muchos minutos. Un triple del pivot de BB rompía la sequía anotadora, pero no era un buen augurio para su equipo el que el hombre interior tuviera que jugar por fuera. Los Picotas reaccionaron rápidamente y con un parcial de 8-0 le dieron la vuelta a la situación, destacando la buena defensa que impidió que BB anotara durante seis minutos.
En un lance absurdo del juego, el 10 se tiró al suelo para recuperar un balón que tenía perdido, cayendo con la inercia de su peso sobre la tibia de Enrique, que al tener el pie plantado en el suelo, sufrió las consecuencias y tuvo que irse al banco sin poder regresar al partido. Con 8-6 al final del cuarto y sin posibilidad de hacer algún cambio, todo hacia presagiar que iba a ser un partido duro.
Más los de amarillo, que esta vez iban de morado como favor hacia el otro equipo, aunque fueran los locales, supieron aguantar el envite durante el segundo cuarto y mantuvieron la línea defensiva del primero, dejando a sus rivales en sólo 7 puntos. El partido se estaba endureciendo y los contactos dejaron paso a las agresiones con la venia arbitral. Fruto de éstas, David fue sancionado con técnica al gritar tras recibir una falta más no pitada. Sin advertir, sin conversar y sin ser directamente referenciado, al árbitro le apeteció perjudicar al más perjudicado, como hacen los cobardes.
A pesar de todas estas incidencias, los Picotas se fueron al descanso con 7 de ventaja, 20-13.
Pero todo iba a cambiar en el tercer periodo. Los Picotas salieron despistados y permitieron varias canastas fáciles debajo del aro. Cuando intentaron cambiar esta dinámica, el criterio arbitral varió y un jugador se cargó con cuatro personales en el minuto 3, condicionando la intensidad durante el resto del encuentro. Además, la fatiga hacía mella y anotar cada vez estaba más caro.
A falta de 4 minutos, BB ya le había dado la vuelta al marcador y un triple del 16 en la última posesión dejaba el marcador al final del cuarto en 33-38. Los visitantes habían encontrado una vulnerabilidad en el código defensivo de los Picotas y, con la ayuda inesperada de un exploit ajeno, instalaron su propio malware.
El último cuarto comenzó siguiendo los mismos derroteros. Los de morado tenían dificultades para anotar y, aunque BB tampoco encontraba los espacios del tercer cuarto, la diferencia en el marcador continuó aumentando hasta los nueve puntos.
Cuando todo apuntaba a que los Picotas bajarían los brazos, superados por el cansancio y las circunstancias, en el minuto siete recompilaron su kernel para tapar esa vulnerabilidad y cortocircuitaron la capacidad ofensiva de sus rivales, secándolos por completo desde entonces hasta el final.
Los visitantes, ante su incapacidad de anotar, se encomendaron a su defensa para salvar el partido, impidiendo cualquier tipo de acercamiento a canasta a base de faltas masivas –nuevo término acuñado por mi propia instancia para identificar aquella falta producida por dos o más jugadores a un mismo rival en una misma acción-. Poco a poco, a base de tiros libres, los Picotas volvieron a meterse en el partido. A falta de un minuto, la diferencia se había reducido a tan solo dos puntos.
En ese momento, sucedió algo que pudo haber sido la clave del partido. Basket Botellín tenía posesión pero los Picotas consiguieron robar la bola a mitad de cancha. El jugador que había perdido la pelota, se tiró al suelo para intentar recuperarla y ante su imposibilidad, agarró la pierna del jugador de Picotas que había recuperado el balón, impidiéndole su avance en solitario hacia canasta. El árbitro, en lugar de señalar falta antideportiva, lo que hubiera supuesto la posibilidad de darle la vuelta al marcador, prefirió pitar pasos, devolviéndole la posesión a Basket Botellín y con ella, la victoria. El minuto que faltaba transcurrió muy rápido –o se me hizo muy rápido a mí, no puedo saberlo- y los Picotas, sin haber llegado al bonus, no fueron capaces de hacer las faltas necesarias para detener el cronómetro y tener alguna oportunidad más.
El marcador final: Picotas 45 – 47 Basket Botellín. A veces un mal cuarto puede dar al traste con las aspiraciones de toda una temporada. Pero quién nos iba a decir hace algunos años que íbamos a conseguir siquiera pensar en competir contra ciertos equipos, sin entrenar ni hacer nada especial a diario y entrando en picado en las inmediaciones de los 40.
Lo mejor: la capacidad de sacrificio y entrega que demostraron los Picotas durante todo el partido, para superar las adversidades que se fueron produciendo y llegar hasta el último minuto con opciones de llevarse la victoria.
Lo peor: la plaga de lesiones que dejó esta batalla pone difícil la presencia con garantías de al menos 5 jugadores para el siguiente partido, y viene justo en el peor momento de la temporada, cuando los Picotas afrontan su particular cuesta de Noviembre.
La estrella: esta vez sí, David se convirtió en el referente del equipo, secando al número 10 por completo en defensa, mientras que en ataque todos los balones pasaron por sus manos, forzando faltas y lanzando con acierto.
El factor X: Jesús fue el otro pilar anotador de los Picotas, sobre todo en el tercer cuarto, cuando más les costó convertir los ataques en puntos.
Estadísticas: Esta semana puede haber discrepancias entre la realidad y lo anotado debido a que los Picotas iban sin número a la espalda. Los apuntes al número 10 (Enrique) durante los cuartos 3 y 4 que figuran en el acta, han sido agregados en el siguiente cuadro de estadísticas al 16 (Antonio), por no haber disputado el 10 ningún minuto durante estos cuartos.
5 comentarios:
Muy buena crónica!!! No se puede explicar mejor. Un equipo puede protestar todo lo que quiera sin consecuencias, mientras al otro a la mínima técnica al canto sin avisar. No se mide a todos por el mismo rasero.
La excusa del mal perdedor siempre es la misma!
Muy buena crónica crow,realista y dura como el partido, e introduciendo símiles informaticos.Partido bronco e igualado en el que falto valor al arbitro y haber tenido algún refuerzo mas.
Siempre es de agradecer la realización de estas crónicas,sobre todo cuando las leamos dentro de unos años cuando estemos alejados de las canchas
Muy buena crónica crow,realista y dura como el partido, e introduciendo símiles informaticos.Partido bronco e igualado en el que falto valor al arbitro y haber tenido algún refuerzo mas.
Siempre es de agradecer la realización de estas crónicas,sobre todo cuando las leamos dentro de unos años cuando estemos alejados de las canchas
Una pena de partido por muchas razones: demasiadas faltas bruscas innecesarias, dos lesionados, técnicas y, sobre todo, una pena por perder solo por dos con muchas circunstancias en contra.
Por otra parte, es de aplaudir que nuestro webmaster escriba su opinión sin preocuparse de quién podría leerla, contando las cosas tal y como él las vio. Bravo.
10
Publicar un comentario