lunes, 2 de abril de 2018

Jornada 16: Picotas 44 - 40 Evora Maarketeam

De nuevo hubo que sufrir para conseguir la victoria, pero se cumplió el objetivo. Las lesiones y los compromisos laborales están asolando la plantilla picotil, que cada fin de semana tiene que hacer encaje de bolillos para formar un cinco con el que empezar el partido. Esta semana pintaba muy mal la cosa, pero la llegada de dos efectivos inesperados permitió que incluso tuvieran un cambio.

El encuentro comenzó frío, como el ambiente del pabellón, en el que la calefacción nunca es encendida; total, para qué, solo son los cuatro gatos del deporte raro ese de tirar una pelota a una cesta. Sin embargo, hubo un bonito intercambio de canastas que hacía presagiar una contienda animada. El cruce de canastas finalizó cuando los Picotas comenzaron a fallar tiros. Évora por su parte, anotaba con facilidad obteniendo buenas posiciones de tiro a media y corta distancia sin mucho esfuerzo, yéndose en uno contra uno. La defensa pasiva hacía aguas por todas partes y cuando no acertaban a la primera, el rebote en ataque les permitía tener segundas opciones bien aprovechadas. De esta forma, se llegó al 9-14 al término del primer cuarto.

El segundo arrancó con un vertiginoso contraataque tras robo de balón que recortaba distancias. Un espejismo. Los locales continuaron espesos en ataque y blandos en defensa. Los escasos puntos llegaron en acciones aisladas, sin continuidad y los de blanco siguieron jugando a su ritmo, a placer, moviendo el balón sin oposición y entrando a tirar desde el medio de la zona libres de marca. De esta penosa forma, llegaron al descanso 14-23. Nueve puntos de desventaja, pero con la sensación de que la remontada era posible. Sólo había que querer. La clave estaba en la defensa, estar más encima, presionar, y el resto vendría solo.



Decididos a llevar a cabo tan ardua tarea, la primera posesión fue una declaración de intenciones: robo de balón, salida fulgurante, contraataque vertiginoso y solo con falta Evora evitó la canasta. Siguiente jugada: presión asfixiante en el bote que provoca la pérdida. En estático, rápido movimiento de balón y triple desde el lateral. Tercera, idéntica: presión, mal tiro, rebote, dos pases, triple desde el mismo sitio. Cuarta: robo de balón, contraataque dos contra dos, finalización bajo el aro y remontada completada. En 4 minutos los Picotas le habían dado la vuelta al partido con un parcial de 9-0 que marcaba el camino a seguir durante el resto del partido.

Los visitantes pidieron tiempo para detener la sangría, pero los Picotas seguían enchufados. Anotaron dos triples más en el cuarto y obtuvieron una renta de 5, que a falta de pocos segundos, en el único despiste defensivo, se redujo a 3. Mas la dinámica era favorable y sólo había que mantenerla. El parcial del cuarto, 18-6, así lo atesora.

Ya en el último periodo, el ritmo fue cortado por las constantes faltas, muchas de ellas de tiro, lo que provocó que el tiempo se consumiera rápidamente sin estar el balón en juego. Un nuevo triple otorgaba a los de amarillo su máxima ventaja del partido, 9 puntos a 4 minutos del final.

Sin embargo, Evora, herido en su orgullo una vez más por haber dejado escapar otra oportunidad de conseguir sumar una victoria contra Picotas, apretó con las fuerzas que le quedaba y en dos ataques que Picotas no acertó con el aro, respondió con un triple y una canasta que les ponía a cuatro y les volvía a meter en el partido.

No obstante, los locales no se pusieron nerviosos, supieron aprovechar los espacios provocados por el intento de presión y volvieron a ponerse 7 arriba en el último minuto para certificar la victoria. Un triple más, a favor de Evora, dejó el marcador final en Picotas 44 - 40 Évora Marketeam.

Lo mejor: la voluntad y el empeño puesto por querer hacerlo bien y tomarse un poco en serio esto.

Lo peor: la defensa en los dos primeros cuartos, al trantrán, sin muchas ganas de correr, ni pelear los rechaces, evitando el contacto en todo momento.

Arbitraje: puso voluntad corriendo más que la media en los juegos municipales, pero su prominente miopía le hizo cometer algunos errores. Permitió el contacto con las manos en exceso en zonas exteriores pero lo castigó dentro de la zona. En términos generales, aprobado, sin relevancia en el marcador final.

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viernes, 30 de marzo de 2018

Jornada 15: Carabanchel Bobcats 42 - 36 Picotas

Rozando la épica, así podríamos calificar la actuación de los Picotas esta semana. Todo empezó a torcerse en la mitad del segundo cuarto, cuando Antonio tuvo que retirarse lesionado acabando con el único cambio disponible. Pero la situación iba a empeorar al final del tercer cuarto. Sergio era expulsado del partido tras ser sancionado con técnica por protestar una falta y haber cometido anteriormente una falta antideportiva al golpear en la cabeza de forma accidental a un contrario cuando este salía al contraataque.

Los Picotas se quedaban con cuatro jugadores toda la recta final de partido y nueve abajo en el marcador. Carabanchel Bobcats intentó aprovechar su superioridad numérica primero, presionando la subida del balón desde el saque de fondo, después, cambiando de zona a individual con ajustes. Pero nuestros héroes agotaron todas las reservas que les quedaban y se fueron decididos hacia el aro, sacando en cada ataque una acción positiva, sumando y remontando esa desventaja hasta ponerse a sólo dos puntos, 29-27 minuto 5.

Mas aún quedaba mucho partido y las energías ya estaban agotadas por completo. El desgaste de ser 4 pasó factura y el balance defensivo, a ser inexistente. Tras un par de contraataques de uno contra nadie y con los Picotas sin ideas, acabando las posesiones sin encontrar una solución a la zona planteada por sus rivales y lanzando desde fuera sin acierto, los minutos se fueron y la oportunidad de hacer historia y ser recordados en las tertulias de bar, se esfumó.

Anteriormente, en los dos primeros cuartos se pudo ver un partido igualado. Bobcats pasó 10 minutos sin anotar en el primer periodo, lanzando con unos porcentajes horrendos y con los visitantes defendiendo bien para lo que estamos acostumbrados a ver. Estos no aprovecharon para cobrar distancia y dejaron escapar la oportunidad de dar un paso adelante, fallando también muchos tiros y terminando el cuarto con un mediocre 4-7.

En el segundo, Bobcats se entonó gracias a la profundidad de banquillo, que aportó una  frescura e intensidad que los Picotas no consiguieron frenar debidamente, aunque mantuvieron su nivel para llegar al descanso aún por delante en el marcador 15-16.

De cualquier forma, el marcador final Carabanchel Bobcats 42 - 36 Picotas fue más que digno.

Lo mejor: el pundonor mostrado para, siendo cuatro y yendo nueve abajo, ser capaces de mantenerse en el partido y aguantar el tipo.

Lo peor: no ser suficientes para, al menos, terminar los partidos con cinco.

Arbitraje: bien hasta el momento de la expulsión. Permitiendo el contacto y sancionando sin cometer errores de bulto. Teniendo en cuenta que eran sólo cinco, pudo haber tenido más paciencia con la técnica y haber advertido verbalmente una primera vez, en lugar de dejar a los Picotas mermados durante tanto tiempo.

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domingo, 4 de marzo de 2018

Jornada 13: Parque Aluche 30 - 43 Picotas

Dos partidos y casi un mes después, los Picotas consiguieron su primera victoria del año. Fue ante el colista, Parque Aluche, y ya os digo que no resultó sencillo, pese a que sólo han ganado un partido en toda la temporada.

Los de azul saltaron al parqué más despiertos, mientras que los visitantes aún se estaban quitando los pantalones cuando el árbitro pitó un minuto después de que hubieran pasado treinta segundos desde que pitara tres. La defensa individual y la permisividad del colegiado con los contactos ilegales, despistó a unos dormidos Picotas que no era capaces de llegar al aro con peligro. Por si esto fuera poco, el calamitoso balance defensivo permitió varios contraataques y con un parcial de 11-1, los locales se hacían fuertes y comenzaban a creer en la victoria. El cuarto terminó 13-4. Un duro calentamiento. Ahora comenzaba el partido de verdad, pero 9 puntos abajo. La consigna durante el segundo cuarto era no permitir contraataques y surtir de balones a los pívots, claramente superiores en altura y peso. De esta forma, poco a poco, se fueron igualando las fuerzas. Parque Aluche sólo podía detener con faltas a los interiores, pero la excesiva permisividad arbitral, hacía que en muchos casos, los continuos empujones, agarrones y palos imposibilitaran el obtener un resultado positivo en ataque. Aun así, tuvieron que cerrar la defensa para poder ayudar dentro de la zona, lo que dejó a los tiradores abiertos de Picotas con mayor libertad. Un par de triples seguidos puso a los de amarillo de nuevo por delante en el marcador a dos minutos para la conclusión del cuarto, algo que no sucedía desde la primera canasta del partido. El cuarto concluyó 19-22, gran remontada mediante un parcial 6-18 que certificaba que la pájara inicial había sido pasajera. Pero en el tercer cuarto los locales salieron dispuestos a pelear por la victoria y se mostraron más acertados de cara el aro, lo que propició que recuperarán el dominio en el tanteo. Por su parte, los Picotas intentaban continuar surtiendo de balones a sus jugadores interiores, pero los malos porcentajes y la fatiga, fueron un lastre difícil de salvar. Tampoco ayudaron las continuas protestas por las faltas no sancionadas, que cortaban la dinámica de un, ya de por sí, encuentro poco fluido. Al límite del tiempo reglamentario, un triple de Parque Aluche dejaba el marcador en 30-29. Una vez más tocaba sufrir y estaba claro que la clave pasaba por defender bien. Y vaya si lo hicieron. Parecía imposible que después de tres cuartos agotadores, nuestros artistas aún tuvieran fuerzas para no dejarse llevar, pero así fue. Parque Aluche movía el balón por fuera, buscando los huecos para intentar penetrar, pero estos ya no existían. Tampoco había posiciones cómodas de tiro, pues con constantes cambios y ayudas, los Picotas llegaban a todas partes. Como ya sucediera en la primera vuelta, los Picotas volvían a dejar a Parque Aluche sin anotar en todo un cuarto completo. Conseguido este hito, bastaba con que anotasen una canasta para ganar el partido, algo que había sucedido en el primer ataque del cuarto. Poco a poco, la distancia se fue haciendo mayor y aunque Parque Aluche no cejó en su empeño, les fue imposible franquear la aguerrida defensa picotil, y la victoria cayó en el bando visitante por un aceptable Parque Aluche 30 - 43 Picotas. Gran trabajo realizado para darle la vuelta a un partido que se complicó pronto pero que terminó arreglándose y del que podemos extraer dos conclusiones resumidas en sendos comentarios: no hay rival pequeño y hay que calentar antes de empezar.
Arbitraje: malo. Permitió demasiado contacto por parte de Parque Aluche y no tuvo el mismo criterio en ambos lados de la cancha. Se movió poco y lento, lo que le impidió estar bien colocado para ver el juego correctamente. Al menos fue paciente, dialogante y no sancionó con técnica ninguna protesta, aunque pudo haberlo hecho en varios momentos del encuentro.


Lo mejor: la defensa del último cuarto que permitió certificar la victoria con solvencia.


Lo peor: los constantes enfrentamientos, riñas, piques y protestas que emponzoñaron y emborronaron un partido que debería de haber discurrido por otros derroteros.

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