Apasionante, magnífico, apoteósico, sublime... no tengo adjetivos para describir el descomunal partido que se vivió el pasado fin de semana. Los Picotas, después de 12 años de derrotas, algunas en la prórroga, otras aplastados por más de 40 puntos, después de llegar extramotivados a este partido en ciertas ocasiones y salir malparados en todas, después de haber jugado más de 20 partidos con el mismo final, después de haberlos tenido bajo su yugo durante muchos minutos de varios cruces y no haber sido capaces de completar el objetivo, al final, en el momento menos esperado, se consumó por lo que tantos habían peleado sin éxito: LOS PICOTAS DERROTARON A SANTA RITA. El bastión inexpugnable cayó bajo el dominio de este grupo sin igual. Probablemente estemos hablando de la plantilla más equilibrada de los últimos años, que está llamada a hacer grandes cosas. Ahora que ya no queda ningún equipo en activo que no haya sido derrotado en alguna ocasión por los Picotas -exceptuando los equipos nuevos que han entrado esta temporada y contra los que aún no se han enfrentado- deberán seguir a este nivel para solventar los siguientes partidos con victorias de cara a los cruces de la segunda vuelta. Todo hace indicar que lo más duro ya pasó y que los próximos partidos serán menos intensos, con la duda de ver cuál es el nivel de los Power Rangers, que este año aún no conocen la derrota después de cuatro partidos, pero que sólo en una ocasión han conseguido vencer a los Picotas. Pero lo que ahora nos atañe es el resumen de lo que se vivió el domingo.
Los Picotas afrontaban este duelo con las sensibles bajas de Inchausti, Dani y Alberto Arrojo, que asistió vestido de calle. Antes de iniciar el encuentro, se guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria del padre de este último, fallecido la semana anterior.
Las cosas no empezaron bien para los Picotas, pues Santa Rita comenzó el partido dando muestras de cuales iban a ser las pautas de su juego, con un triple del 29 y una canasta interior después. Fue David el que puso la replica en dos acciones consecutivas, seguido de su homónimo, David Milla, que en una posición alejada se encontró con su tiro para comenzar una serie de 3 de 3 desde esa posición sin fallo. Pero Santa Rita volvía a tirar de tres con acierto y ponía seis puntos de renta en muy poco tiempo. Sin embargo, los Picotas descubrían las carencias de su rival. La defensa subió enteros comenzando a llegar a todos los tiros y no permitiendo canastas fáciles. Además, el ataque movía bien la pelota, buscando al jugador con mejor posición y llevando un buen balance entre tiro interior y exterior. Así, Antonio empezó a carburar buscando la espalda de sus adversarios y anotando canastas cercanas al aro.
Durante cinco minutos, Santa Rita no consiguió anotar un solo punto. El parcial fue de 0-8, lo que puso a los Picotas al frente en el marcador. Ventaja que se esfumaría tras un triple y un tiro libre que ponían el resultado al final del primer cuarto en un igualado 15-13.
Tras unos cuantos ataques sin acierto por parte de ambos equipos, Óscar anotaba de dos para empatar. El 10 encestaba un tiro a tabla y Antonio se lo devolvía en la siguiente acción. Pero las cosas comenzaron a torcerse. Los Picotas movían bien la bola, encontrando posiciones cómodas de tiro, pero éstos no entraban y Santa Rita no perdona. Contra ellos hay que estar siempre concentrado. Tras un triple, alcanzaban su máxima ventaja en el marcador, siete puntos, que obligaba a los Picotas a pedir tiempo muerto para cortar la mala racha y buscar soluciones. A la vuelta, Enrique anotaba desde el lateral y Alberto conseguía penetrar entre tres jugadores en una transición rápida para dejar el marcador antes del descanso en 24-21. Los Picotas no le perdían la cara al partido y las sensaciones eran que subiendo un poco más la intensidad defensiva para conseguir puntear todos los tiros y buscando más juego interior, la victoria podía estar de su lado.
En el tercer cuarto fue cuando se decantó la balanza del lado azul y este desnivel se debió en gran medida a la buena defensa. El juego de los Picotas recordó en estos inicios al de los primeros años de su carrera. David estaba rapidísimo de manos y en dos ocasiones robó el balón al número 10 en el bote, desquiciándole un poco más y propiciando contraataques finalizados por Enrique y él mismo. Antonio anotaba y sacaba la falta y en el siguiente ataque, Rafa robó el balón para que David culminará un contraataque más. Parcial de 9-0 y tiempo muerto de Santa Rita para intentar cortar la sangría. Sin embargo la ventaja siguió creciendo merced a dos buenas acciones de Enrique y Rafa que pusieron más tierra de pormedio hasta que, de nuevo con un triple, Santa Rita volvía a meterse en el partido. Pero la defensa de los Picotas era superior a la mostrada en otras ocasiones y no permitían ninguna canasta sencilla. Óscar, que hasta entonces no había estado muy acertado en el tiro, quiso sumarse a la fiesta, afinó la muñeca y con dos triples casi consecutivos amplió la ventaja hasta los nueve puntos. Aún tuvo tiempo David de anotar dos puntos más antes de que finalizara el cuarto para poner el marcador 34-45. Los Picotas habían anotado 24 puntos en este cuarto, los mismos que Santa Rita en toda la primera parte.
Pero ya en otras temporadas, los Picotas habían gozado de ventajas contra este equipo y las dilapidaron en muy poco tiempo, por lo que la consigna seguía siendo la misma, defender a tope y no dar ningún balón por perdido. Ese ímpetu les llevo a cometer una falta cuando el número 8 estaba tirando de tres en la primera acción del cuarto. Pero esa intensidad también se veía reflejada en el ataque y el vendaval resultaba incontenible para unos desgastados Santa Rita, que por primera vez en mucho tiempo, acusaban el cansancio y veían impotentes como los Picotas anotaban una y otra vez. Antonio encestaba desde el lateral con un buen movimiento de espaldas al aro y Alberto culminaba una transición de forma sencilla tras recibir asistencia de David.
El 10 perdía los nervios y con sus continuas protestas al árbitro lo único que consiguió fue forzar una técnica que además supuso su quinta falta que le relegó al banquillo.
Hilo de esparto anotaba un triple a tabla desde la frontal del aro y David una canasta para poner la máxima ventaja del partido: 20 puntos.
Con el partido visto para sentencia, los Picotas, que aún no se lo podían creer, seguían defendiendo cada acción como si todavía hubiera posibilidad de fallar. Santa Rita solo pudo maquillar un poco el marcador anotando dos tiros libres.
El resultado final: Santa Rita 40 - 58 Picotas.
Momento histórico. Todos los jugadores se abrazaban y felicitaban por el gran trabajo realizado. El corrillo que se formó al más puro estilo americano, en el que todos unidos daban saltos de alegría fue el colofón final a este gran encuentro. Esta victoria contundente, sin paliativos, con la que los Picotas dan un golpe sobre la mesa en esta liga, está dedicada a todos los componentes de este equipo sin igual que en algún momento han colaborado engrandeciendo su historia, pasando por Miguel, Vallekas, Ángel, Sierra, Héctor, Fernando, Chus, Javi Soriano, Mario, Dani Élez, Javi Rodero, Minaya, Gonzalo, Drogas y sobre todo, la actual plantilla, que ha sido la que ha hecho posible este momento. ENHORABUENA.
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