Además, al tener que realizar movimientos distintos y sincronizados con brazos y piernas, estamos mejorando nuestra coordinación y equilibrio, básicos para mantener la posición defensiva con mayor efectividad y ser capaces de acompasar nuestros movimientos en ataque con y sin balón.
Pero, ¿cuánto esfuerzo me va a suponer? Más información después del salto.
Metidos de lleno en las vacaciones como estamos, muchos iréis a la playa o la piscina a refrescaros. Normalmente, uno se hace unos anchos para paliar los efectos de la toma de contacto con el agua fría. Y después a descansar, ya sea conversando con los familiares y amigos dentro del líquido elemento o simplemente haciendo el muerto panza arriba.
Bueno, pues si en lugar de hacer eso cada vez que nos bañamos, dedicamos en una de nuestras zambullidas 20 minutos a nadar, estaremos trabajando un conjunto muy amplio de músculos sin sufrir demasiado. Lo ideal es hacerlo de continuado, para ganar capacidad pulmonar y quemar grasas.
Si a alguno os pasa como a mí, que nunca han ido a una escuela de natación, tuvieron que aprender solos y a consecuencia de ello, se fatigan durante el primer minuto tanto que tienen que parar, hay que intentar evitarlo. Es mejor hacer la vuelta a braza, estilo de natación en el que se trabajan más las piernas. Así descansaremos un poco, recuperaremos un ritmo de respiraciones adecuado y no estaremos parados.
Al principio se puede hacer un poco cuesta arriba si no se tiene costumbre, por eso lo mejor es la continuidad. Dedicar esos escasos minutos no supondrá un esfuerzo sobrehumano, ni un desgaste en nuestras ya agotadas reservas de fuerza de voluntad. Además nos estaremos refrescando y no nos resultará tan duro como salir a correr.
Y vosotros, ¿dedicáis algún tiempo a hacer ejercicio durante las vacaciones? ¿Habéis pensado hacer algo pero no os decidís a empezar? Podéis dejar vuestras ideas para no anquilosaros en los comentarios.
Metidos de lleno en las vacaciones como estamos, muchos iréis a la playa o la piscina a refrescaros. Normalmente, uno se hace unos anchos para paliar los efectos de la toma de contacto con el agua fría. Y después a descansar, ya sea conversando con los familiares y amigos dentro del líquido elemento o simplemente haciendo el muerto panza arriba.
Bueno, pues si en lugar de hacer eso cada vez que nos bañamos, dedicamos en una de nuestras zambullidas 20 minutos a nadar, estaremos trabajando un conjunto muy amplio de músculos sin sufrir demasiado. Lo ideal es hacerlo de continuado, para ganar capacidad pulmonar y quemar grasas.
Si a alguno os pasa como a mí, que nunca han ido a una escuela de natación, tuvieron que aprender solos y a consecuencia de ello, se fatigan durante el primer minuto tanto que tienen que parar, hay que intentar evitarlo. Es mejor hacer la vuelta a braza, estilo de natación en el que se trabajan más las piernas. Así descansaremos un poco, recuperaremos un ritmo de respiraciones adecuado y no estaremos parados.
Al principio se puede hacer un poco cuesta arriba si no se tiene costumbre, por eso lo mejor es la continuidad. Dedicar esos escasos minutos no supondrá un esfuerzo sobrehumano, ni un desgaste en nuestras ya agotadas reservas de fuerza de voluntad. Además nos estaremos refrescando y no nos resultará tan duro como salir a correr.
Y vosotros, ¿dedicáis algún tiempo a hacer ejercicio durante las vacaciones? ¿Habéis pensado hacer algo pero no os decidís a empezar? Podéis dejar vuestras ideas para no anquilosaros en los comentarios.
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