A pesar de todo, hay esperanzas de obtener mejores resultados en un futuro no muy lejano, pues con la entrada de más efectivos en la pintura y la dosificación de los minutos de todos los integrantes de la rotación, se pudieron ver canastas de mérito y mayor acierto de cara al aro.
El partido comenzó a un ritmo vertiginoso. David anotaba un triple y éste era replicado con dos canastas y una de tres casi consecutivas, a lo que de nuevo respondían los de azul con otro triple. La defensa de los locales hacía aguas, no llegando a puntear los tiros exteriores, donde el 15 se mostró francamente efectivo, ni cerrando bien la zona, permitiendo canastas sencillas en penetraciones. Con cinco abajo en el marcador, Alberto anotó un espectacular triple en carrera en el límite del tiempo reglamentario, pero misteriosamente, el árbitro decidió darla de dos, guiado más por donde había caído el jugador que por donde había saltado.
El segundo cuarto fue de parciales. Primero le tocó el turno a San Federico, que durante seis minutos mantuvo a los Picotas en el dique seco y les endosaron un parcial de 0-8. Después los locales se lo devolvieron en tres, volviendo a dejar la diferencia como al inicio del cuarto y finalmente, los de verde sólo acertaron con tres de los seis tiros libres de que dispusieron para terminar la primera parte 24-30.
En el tercer cuarto los Picotas comenzaron a presionar a toda cancha. Aunque no con mucha efectividad inicialmente, el plan era desgastar a unos ya fatigados San Federico. Inchausti, que volvía a las canchas después de sufrir un esguince de tobillo antes de la primera jornada, empezaba a carburar y mantenía la distancia en cinco puntos. Pero el número ocho con un tiro libre y un triple volvía a poner algo más de tierra de por medio antes del "minuto loco". José convertía un dos más uno. Los de verde se equivocaban en el saque dándole a Dani la posibilidad de robar el balón y asistir a David para que anotase con facilidad. De nuevo desde el fondo, Enrique cortaba el saque consiguiendo encestar desde debajo del aro. Increíblemente, la jugada se repetía una vez más con los mismos protagonistas. Y aunque pueda parecer una locura, sucedió una tercera vez, Enrique interceptando el saque de fondo y a pesar de que su tiro no entró y concluyeron los 12 minutos del cuarto, la jugada que había transcurrido en escasos segundos sirvió para que los Picotas igualaran el marcador.
Sin embargo, el bajón anímico que se les presuponía a unos jugadores que acababan de ver cómo en menos de 20 segundos la diferencia de nueve puntos se había quedado en cero, no se hizo notar. Más bien fue al contrario. El 15 volvió a anotar dos triples consecutivos, uno desde cada lado, y los Picotas agacharon la cabeza, como si el partido se hubiera acabado ahí. Hubo precipitación, los ánimos se tensaron y la parte lúdica de este deporte dio paso a una bronca entre Sergio y Dani que enrareció el ambiente. Un altercado que no debió producirse pues no sirve para construir nada y que espero no se vuelva a repetir.
El resultado final: Picotas 50 - 55 San Federico.
Sé que soy muy pesado con estas cosas, pero creo que la mayoría nos levantamos el domingo tan temprano para pasarlo bien, hacer deporte, estar con nuestros amigos y divertirnos. Si perdemos eso, ¿qué nos queda entonces?
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