Consejos para no anquilosarse durante el verano (Introducción)

La temporada terminó en Abril y la mayoría de nosotros no volverá a tocar un balón hasta que no comience la siguiente, allá por el mes de Octubre. Pero no sólo eso, sino que además de no rascar bola, tampoco nos moveremos y aprovecharemos las vacaciones para añadir unos cuantos kilos más a nuestra ya degradada masa corporal.

No obstante, amigos, ya no somos esos jóvenes correcaminos incansables, capaces de echar un partido a las nueve de la mañana, irnos al San Buenaventura y ganar a los barbas a base de seguir corriendo como demonios y terminar la jornada bebiendo cervezas en la bodega del moro hasta que el dinero se agotaba. Todos -salvo una excepción- hemos dejado atrás la decena de los 20 y las cosas ya no son como antes. Ahora, cada cubata se adhiere a la cintura como una lapa y cada día que pasamos sentados sin movernos es otra semana de trabajo adicional que tendremos que añadir para conseguir llegar a estar en forma.

El verano además, es la época perfecta para hacer precisamente eso, no moverse. Después de un largo año de trabajo, quien más y quien menos está deseando descansar, irse a la playa, sentarse en un chiringuito y degustar una cerveza bien fría con unas patatas bravas mientras espera a que le traigan su paella para comer. Desde luego, ese es un buen plan. El problema viene después, cuando nos demos una carrera para coger el autobús y casi echemos el hígado por la boca para que encima nos cierren la puerta en nuestras narices por haber sido demasiado lentos. O cuando quedemos con los amigos para echar una pachanguita tranquila y nos lesionemos antes de empezar porque nuestras articulaciones no tienen movilidad alguna, ni nuestros músculos y tendones la elasticidad necesaria. 

Por eso, para evitar llegar a este punto de no retorno en el que la recuperación será más larga y dolorosa, durante estos meses de inactividad voy a ir poniendo una serie de consejos que, sin realizar un esfuerzo sobrehumano, nos servirán para no dejar que nuestro cuerpo se duerma y que los excesos del verano no nos pasen una factura muy elevada.

Evidentemente, cada uno es muy libre de hacer luego lo que quiera. Simplemente quiero daros una opción para, sin tener que pagar un gimnasio ni pasar largas horas realizando unas rutinas que terminan por aburrir y acabamos abandonando, perder algún kilo, mejorar la capacidad pulmonar y sentirnos mejor con nosotros mismos. Yo ya estoy poniendo en práctica alguno de ellos y funciona, os lo garantizo.