La temporada terminó en Abril y la mayoría de nosotros no volverá a tocar un balón hasta que no comience la siguiente, allá por el mes de Octubre. Pero no sólo eso, sino que además de no rascar bola, tampoco nos moveremos y aprovecharemos las vacaciones para añadir unos cuantos kilos más a nuestra ya degradada masa corporal.
No obstante, amigos, ya no somos esos jóvenes correcaminos incansables, capaces de echar un partido a las nueve de la mañana, irnos al San Buenaventura y ganar a los barbas a base de seguir corriendo como demonios y terminar la jornada bebiendo cervezas en la bodega del moro hasta que el dinero se agotaba. Todos -salvo una excepción- hemos dejado atrás la decena de los 20 y las cosas ya no son como antes. Ahora, cada cubata se adhiere a la cintura como una lapa y cada día que pasamos sentados sin movernos es otra semana de trabajo adicional que tendremos que añadir para conseguir llegar a estar en forma.