Para finalizar con el análisis de la plantilla del Madrid, hoy nos centraremos en la posición aparentemente mejor cubierta pero a su vez la que peor resultado ha dado este año. Aquella que todos los equipos quieren potenciar y pocos encuentran la fórmula exacta: LOS PIVOTS.
Este año se suponía que el juego interior aumentaba muchos enteros con la incorporación de uno de los pívots dominantes del baloncesto europeo, Papadopoulos, y la recuperación, tras un año entero en el dique seco de Hamilton. Dos piezas básicas, que unidos al enorme trabajo y versatilidad de Hervelle y Reyes, harían del Madrid un equipo temible dentro de las zonas. Pero la realidad ha sido bien distinta. Felipe Reyes fue la base del título conseguido el año pasado. Hizo un playoff tremendo. Se comió a todos los defensas que le pusieron. Nadie fue capaz de pararle. Pero este año ha tenido rachas de gran juego unidas con otras de desquiciamiento y fallos. Hervelle también ha tenido titubeos en su rendimiento, aunque siempre aportando esa dosis de trabajo que le hace tan competitivo. Pero Papadopoulos ha sido calamitoso. Comenzó la temporada haciendo pasos en cada balón que recibía. Yo creo que muchos se los pitaban porque sus movimientos no son los convencionales de los pívots ACB, y los árbitros, que no están acostumbrados a tener que lidiar con este tipo de problemas, ante la duda siempre pitan. Luego atravesó una fase en la que no jugaba mal, aportaba al equipo más cosas que puntos y rebotes, pero en lugar de eso, desde la prensa, que por lo general de baloncesto ni entienden ni lo ven, no hicieron más que darle palos por la relación entre su sueldo y los puntos que metía. Al final, acabó perdiendo la confianza de Plaza y en sí mismo, quedando relegado al banquillo durante casi todo el playoff.
Pero yo le mantendría. Es más, trabajaría muchos sistemas para que finalizaran en él, en el poste bajo. Tiene mucha más calidad de la que su rudo aspecto aparenta, y tras esta temporada tan mala, no creo que el Madrid pudiera recuperar el dinero invertido en su contratación.
Lo que no se ha hecho bien, ha sido la gestión de la baja de Hamilton. Su rodilla ha dicho basta, y lo siento enormemente porque es un jugador que me encanta y que aporta justo lo que necesita el Madrid: velocidad, intimidación y espectáculo. Pero supieron muy pronto que probablemente se perdería también toda esta temporada y no hicieron nada para sustituirle. Confiaron desde arriba en cuatro pívots, sin darse cuenta de que Sekulic apenas cuenta (con razón) y que Lázaros es un fracaso. Así que en realidad sólo eran dos determinantes. Y lo peor es que para suplir al pívot que más alto llegaba en un salto, se traen al que menos salta de todo el mundo del baloncesto, Iturbe. He visto partidos en los que finalizaba un contrataque completamente solo con una mísera bandeja. Aún así, podría haber sido más productivo si hubiese contado con más minutos. Lo que se me ocurre es que se le fichó para los entrenamientos, como hizo Maljkovic con Fisher, y esa fórmula ya quedo claro que no da resultado.
Me queda hablar de Sekulic. Cuando le fichó el Madrid a mitad de la temporada pasada para suplir la ausencia de Hamilton y el bajo rendimiento de Sonseca, vino con la vitola de excelente jugador, con un gran físico, bueno en el rebote tanto ofensivo como defensivo, luchador, que comenzó su carrera jugando de 3 y le reconvirtieron en un 4 donde su velocidad produciría una ventaja. La triste realidad fue que se trataba de un paquete más. Un tipo mediocre incapaz de generarse sus propias canastas. Malo en el uno contra uno las pocas veces que lo intenta. Fallón incluso debajo del aro. Y sobre todo, torpe. Su escasa estatura no era suplida con un hambre de rebote sobresaliente, como Felipe, además de su malísima potencia de salto, incapaz de hacer un triste mate. Será un buen tipo, pero no vale para jugar en el Real Madrid. Hay que darle salida cuanto antes.
En la siguiente entrega, hablaremos de los fichajes ya realizados y de los posibles en esta posición.
Este año se suponía que el juego interior aumentaba muchos enteros con la incorporación de uno de los pívots dominantes del baloncesto europeo, Papadopoulos, y la recuperación, tras un año entero en el dique seco de Hamilton. Dos piezas básicas, que unidos al enorme trabajo y versatilidad de Hervelle y Reyes, harían del Madrid un equipo temible dentro de las zonas. Pero la realidad ha sido bien distinta. Felipe Reyes fue la base del título conseguido el año pasado. Hizo un playoff tremendo. Se comió a todos los defensas que le pusieron. Nadie fue capaz de pararle. Pero este año ha tenido rachas de gran juego unidas con otras de desquiciamiento y fallos. Hervelle también ha tenido titubeos en su rendimiento, aunque siempre aportando esa dosis de trabajo que le hace tan competitivo. Pero Papadopoulos ha sido calamitoso. Comenzó la temporada haciendo pasos en cada balón que recibía. Yo creo que muchos se los pitaban porque sus movimientos no son los convencionales de los pívots ACB, y los árbitros, que no están acostumbrados a tener que lidiar con este tipo de problemas, ante la duda siempre pitan. Luego atravesó una fase en la que no jugaba mal, aportaba al equipo más cosas que puntos y rebotes, pero en lugar de eso, desde la prensa, que por lo general de baloncesto ni entienden ni lo ven, no hicieron más que darle palos por la relación entre su sueldo y los puntos que metía. Al final, acabó perdiendo la confianza de Plaza y en sí mismo, quedando relegado al banquillo durante casi todo el playoff.
Pero yo le mantendría. Es más, trabajaría muchos sistemas para que finalizaran en él, en el poste bajo. Tiene mucha más calidad de la que su rudo aspecto aparenta, y tras esta temporada tan mala, no creo que el Madrid pudiera recuperar el dinero invertido en su contratación.
Lo que no se ha hecho bien, ha sido la gestión de la baja de Hamilton. Su rodilla ha dicho basta, y lo siento enormemente porque es un jugador que me encanta y que aporta justo lo que necesita el Madrid: velocidad, intimidación y espectáculo. Pero supieron muy pronto que probablemente se perdería también toda esta temporada y no hicieron nada para sustituirle. Confiaron desde arriba en cuatro pívots, sin darse cuenta de que Sekulic apenas cuenta (con razón) y que Lázaros es un fracaso. Así que en realidad sólo eran dos determinantes. Y lo peor es que para suplir al pívot que más alto llegaba en un salto, se traen al que menos salta de todo el mundo del baloncesto, Iturbe. He visto partidos en los que finalizaba un contrataque completamente solo con una mísera bandeja. Aún así, podría haber sido más productivo si hubiese contado con más minutos. Lo que se me ocurre es que se le fichó para los entrenamientos, como hizo Maljkovic con Fisher, y esa fórmula ya quedo claro que no da resultado.
Me queda hablar de Sekulic. Cuando le fichó el Madrid a mitad de la temporada pasada para suplir la ausencia de Hamilton y el bajo rendimiento de Sonseca, vino con la vitola de excelente jugador, con un gran físico, bueno en el rebote tanto ofensivo como defensivo, luchador, que comenzó su carrera jugando de 3 y le reconvirtieron en un 4 donde su velocidad produciría una ventaja. La triste realidad fue que se trataba de un paquete más. Un tipo mediocre incapaz de generarse sus propias canastas. Malo en el uno contra uno las pocas veces que lo intenta. Fallón incluso debajo del aro. Y sobre todo, torpe. Su escasa estatura no era suplida con un hambre de rebote sobresaliente, como Felipe, además de su malísima potencia de salto, incapaz de hacer un triste mate. Será un buen tipo, pero no vale para jugar en el Real Madrid. Hay que darle salida cuanto antes.
En la siguiente entrega, hablaremos de los fichajes ya realizados y de los posibles en esta posición.
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