Victoria de oficio de los Picotas, que añaden una más en su casillero y saldan con balance positivo su particular cuesta de noviembre, en la que se enfrentaron a tres de los cuatro equipos que ocupan las primeras posiciones (el otro son ellos mismos). El partido no tuvo el esplendor de otras ocasiones y se sufrió más de la cuenta cuando parecía que estaba sentenciado. Pero al final se logró el objetivo.
Bobcats acudía al encuentro presentando una racha de juego dispar, pero registrando todos sus partidos con victorias, lo que les valía para ocupar la segunda posición en la tabla clasificatoria. Por su parte, para los Picotas la exigencia era mantener el nivel exhibido la semana anterior contra Royals. Pero desde el principio se vio que este no iba a ser el día. La defensa cerrada de Bobcats invitaba a lanzar desde fuera, y estos lo hicieron de forma timorata, sin confianza, abusando del pase extra en algunos casos o del tiro precipitado en otros.
En el otro lado de la cancha, los locales se permitían el lujo de hacer posesiones de 30-40 segundos, ante la pasividad de la anotadora, lo que suponía un sobreesfuerzo para los defensores sin obtener recompensa a cambio. Así las cosas, los minutos transcurrieron entre idas y venidas, donde ambos equipos intercambiaron canastas para llegar al empate a once al final del cuarto. Daba la sensación de que los Picotas lanzaban más, pero con nulo acierto.
Un pequeño parcial al inicio del segundo cuarto les dio un respiro a los de amarillo, pero rápidamente era contestado por Bobcats. Los Picotas se desangraban en el rebote defensivo, permitiendo segundas y terceras ocasiones a su rival, mientras que en ataque no eran capaces de cargar en busca de algún rechace. A pesar de todo, una canasta y un tiro libre (de cuatro disponibles) les daba a nuestros protagonistas una ventaja de dos puntos al descanso, 17-19.
Era evidente que la clave estaba en la intensidad. Ese afán por recuperar cada balón del que habían hecho gala en otros encuentros, aún no se apreciaba ni de soslayo. Mas algo iba a cambiar en el tercer cuarto, históricamente el de las pájaras y donde se perdían los partidos, y que ahora se está convirtiendo en el momento que aprovechan los Picotas para pegar ese arreón que les distancie en el marcador y les permita disputar un último cuarto más llevadero, excepto el día de la única derrota consumada hasta la fecha, que ya sabemos todos lo que pasó.
Apretando un poco en defensa, forzaron pérdidas que se convirtieron en vertiginosos contraataques, el arma preferida de los ambarinos, lo que les permitió adquirir una ventaja de ocho puntos en apenas tres minutos. Bobcats no se amilanó y continuó buscando tiros exteriores, lo que les mantuvo en el partido, hasta que en los últimos tres minutos, dos contras bien aprovechadas, una jugada de dos más uno y un triple, otorgaban la máxima ventaja a los Picotas justo antes del fin de cuarto: 26 - 37.
Con la aguja de la gasolina marcando bien entrada la reserva en ambos equipos, el inicio del último cuarto fue soporífero para algún espectador matutino. No fue hasta el minuto seis cuando los Picotas anotaron su primera y única canasta en juego de todo el cuarto, pero el inicio había sido también malo para Bobcats, que atacaba a lo loco en jugadas de uno contra cinco.
A falta de cuatro minutos para el final y con 10 arriba en el marcador, los Picotas pidieron un tiempo muerto para tomar algo de resuello y ordenar las ideas en ataque. No sucedió ni lo uno ni lo otro. Bobcats, en un último intento de llevarse la victoria, presionó a toda cancha con las fuerzas que aún le quedaba en la recámara y los Picotas pasaron por unos momentos de nerviosismo, donde vieron como unas pérdidas (que hasta este instante habían estado bastante contenidas) se convertían en puntos en contra y la diferencia menguaba hasta los 4 puntos. Por suerte, cuando no se para el crono, el tiempo transcurre muy rápido y no hubo posibilidad de remontada. Entre tiro libre y tiro libre, el partido se esfumó y los Picotas pudieron añadir otra victoria en su casillero.
El resultado final: Carabanchel Bobcats 35 - 40 Picotas.
Lo mejor: conseguir una victoria contra un rival directo, sin brillo y sin grandes alardes, sí, pero victoria al fin y al cabo.
Lo peor: perder la concentración en los instantes finales del partido.
La estrella: una vez más, David se erigió como el jugador franquicia, llevando la manija del encuentro, pero, sobre todo, se notó su presencia en defensa, robando algún balón en momentos difíciles y evitando tiros cómodos de sus rivales.
El factor X: Alberto corrió el contraataque con velocidad en bastantes ocasiones y anotó el triple que dio la máxima ventaja para los Picotas. Así que, como se trata de que esto rote y no siempre salgan los mismos, le pongo como factor X, porque yo lo valgo.
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1 comentarios:
Lo mejor: la crónica y que nos estamos acostumbrando a ganar a cualquiera jugando bien o no.
Lo Peor: nuestra anotación en el último cuarto, aunque fuéramos realizando ataques largos a favor de reloj.
Vamos Picotis!!!!!!
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