Con Enrique mermado físicamente por un problema en la rodilla e Inchausti en tierras mañas, el juego interior estaría defendido durante la mayor parte del encuentro por Sergio y Antonio. Sin embargo, los Picotas les buscaron desde el principio en cada ataque. Las buenas combinaciones poste alto - poste bajo surtieron efecto y abrieron pequeñas brechas en el marcador. Por cada canasta que anotaban los Bobcats, los Picotas conseguían dos. Durante este periodo, Sergio demostró su buena mano desde la media distancia, mientras que un hipermotivado David anotaba con rápidas penetraciones. Desplegando un buen juego, con movimiento del balón y sin numerosas pérdidas, los Picotas terminaron el cuarto siete arriba en el marcador, 7-14, y la sensación de que tal como iban las cosas, el partido no se les podía escapar.
El tercer cuarto comenzaba como el segundo, con dos canastas consecutivas para los Bobcats, con la salvedad de que esta vez les ponía por delante en el marcador por primera vez desde la primera canasta del partido. Rafa encestaba un tiro libre, pero acto seguido, el 16 volvía a irse por la línea de fondo con un reverso y su envergadura de brazos le permitía anotar fácil. La réplica la daba Toni con dos tiros de tres-cuatro metros a la media vuelta. El cuarto estaba de lo más emocionante. Los Bobcats se ponían seis arriba pero los Picotas remontaban con una buena acción de Enrique y dos de David, que tras una jugada de dos más uno, en la siguiente posesión culminaba un contraataque para poner por delante de nuevo a los Picotas. En la última acción del cuarto, el 5 anotó uno de los dos tiros libres de los que dispuso para poner el marcador en un desconcertante empate a 31. El efecto Pulido no se había hecho notar aún, pero todavía quedaba el último cuarto.
Uno de los fantasmas que ha perseguido durante años a los Picotas ha sido la famosa "pájara del tercer cuarto", sin embargo, después de actuaciones memorables en las que se han decantado partidos o se han remontado otros durante este fatídico cuarto, parecía que la maldición estaba desterrada. Ahora, haciendo un pequeño estudio, puedo afirmar que hay indicios que indican que la pájara no ha desaparecido, sino que se ha trasladado al último cuarto, lo cual es más peligroso aún, pues no deja margen para solucionarlo.
En la primera acción del último cuarto, el 10 decidió echarse el equipo a sus espaldas. Cinco canastas consecutivas fue el parcial que solito nos endosó. De todos los colores y sacando faltas además. Si alguien llevara las estadísticas, probablemente nos diría que su valoración subió por las nubes en muy pocos minutos. Pero no es excusa. El golpe fue más moral que verdaderamente puntuable. Con empate a 33, anotó un triple lanzando completamente libre de marca, con tiempo de sobra para pensárselo, algo que podría hacer cualquiera y que estamos hartos de ver. En la siguiente acción clavó otro, esta vez tirando desde siete metros. Dani replicaba poniendo el marcador en 35-39. Lamentablemente, esta sería la última canasta de los Picotas en todo el partido, cuando sólo habían pasado tres minutos.
En la posterior jugada, de nuevo el 10 penetraba sin mucha oposición y los Picotas pedían tiempo muerto. Quedaban siete minutos y perdían de 6, pero parecía que el partido estuviese perdido desde hacía varios minutos. No sabría decir si faltó físico, fortaleza mental, alguien que diese confianza a los que la habían perdido o alguien que cogiera el balón y dijese: "Dejádmela a mí, que me la voy a jugar y la voy a meter". El caso es que a la vuelta del tiempo nada cambió. Dani cometía su quinta falta, Pulido anotaba los dos tiros libres para dejar un parcial de: Pulido 12 - 4 Picotas; y a partir de ahí, nada. Recital de pérdidas, malos lanzamientos, desquicie generalizado con la permisividad arbitral y cortocircuitos. El resultado final: Carabanchel Bobcats 54 - 35 Picotas.
El partido debió terminarse en ese tiempo muerto, haber perdido de 6 dignamente y habernos tomado unas cañas después para celebrarlo, pero no fue así, todavía quedaban siete minutos por jugar y ahora nos quedan las dudas. ¿Volverán los Picotas a ser competitivos durante todo el partido? Lo veremos esta semana contra E.B. Usera, un partido que debería solventarse con comodidad pero que visto lo visto, se presenta como una prueba de fuego y con un porcentaje alto para la sorpresa. En BetWin se paga la victoria de los Usera 1.5 a 1, lo cual nos da una imagen de lo poco que se confía en los Picotas.
Estadísticas:
JUGADORES | PUNTOS | TRIPLES | TLA | TLI | %TL | FALTAS |
1. David Milla | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 2 |
2. Dani | 2 | 0 | 0 | 0 | 0 | 5 |
4. Inchausti | ||||||
5. David | 13 | 0 | 1 | 1 | 100 | 1 |
8. Rafa | 3 | 0 | 1 | 2 | 50 | 0 |
10. Enrique | 2 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
11. Alberto | 3 | 0 | 1 | 2 | 50 | 1 |
15. Sergio | 6 | 0 | 0 | 0 | 0 | 2 |
16. Antonio | 6 | 0 | 0 | 0 | 0 | 3 |
24. Arrojo | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
33. Óscar | ||||||
Total | 35 | 0 | 3 | 5 | 60 | 14 |
2 comentarios:
Lo del porcentaje final en las apuestas está genial jajajajja. Muy buena crónica y como siempre vista con total objetividad.
Gracias Wattu, me alegro de que te mole. Al fin y al cabo, aquí estamos para pasarlo bien.
Un saludo.
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