sábado, 22 de noviembre de 2008

Jornada 4: Picotas - Santa Rita

Parece que los Picotas están destinados a perder todos los partidos que jueguen contra Santa Rita. Ya puede estar medio equipo manco que siempre ocurre algo que hace que ganen. Esta vez lo pasaron realmente mal. Atrás quedaron esas soberanas palizas en las que presionaban a toda cancha para intentar llegar a los cien puntos (aunque nunca lo consiguieron), como el partido que jugamos en sábado la temporada pasada y que tan infausto recuerdo nos dejó. Todo tuvo que resolverse a base de tiros libres, como en los grandes partidos en los que hasta el último segundo no se sabe quién será el vencedor. Y precisamente los lanzamientos desde la línea de 4,60 se están convirtiendo en la lacra de los Picotas, que hasta ahora no habían visto peligrar ningún partido a causa de este mal, pero que cuando ha llegado el momento de la verdad, los 14 errores pesan como una losa. Pero no todo fueron tiros libres, hubo otra serie de fallos que deberán ser pulidos en el futuro para no pasarlo mal contra equipos menores y sobre todo, unas polémicas decisiones arbitrales –mal Santana en todas las acciones importantes, descompensado en la vara de medir a cada equipo- que descentraron a los Picotas y facilitaron la victoria “santaritil”. Pero vayamos por partes.

El inicio estuvo marcado por la defensa. Muy bien plantados los Picotas, evitaban canastas fáciles cerca del aro, merced a la superioridad en altura provocada por los nuevos fichajes y las ausencias de los pívots de Santa Rita, pero también eran capaces de llegar a los tiros lejanos. Además, Isla Azul no es La Mina, y se nota que su porcentaje de triples ha empeorado esta temporada. El ataque no era demasiado fluido, pero ningún jugador era capaz de llegar a la altura de Antonio, que cerca del aro podía anotar con facilidad. Viendo este problema, Santa Rita procuró realizar rápidos dos contra uno cuando recibía al poste bajo. Fue entonces cuando David y Alberto asumieron responsabilidades y tuvieron que ser parados con faltas. La jugada les salió bien, pues ninguno de los dos acertó con el aro desde la línea de tiros libres.

Santana quiso adquirir protagonismo pitando hasta lo que no era en un partido que no iba por unos derroteros violentos. Por este motivo, cuando David intentó robar un balón, el árbitro decidió que no podía ser que el alero de Santa Rita perdiera la posesión de la pelota y pitó falta. Indignado, las palabras que salieron de la boca de David fueron: “¡Venga hombre!”. Como andaba en ese plan, Santana pensó que eso era suficiente para pitar técnica. Así, con tres faltas en su haber, Truchón deambulaba hacia el banquillo impotente ante la situación generada. El 29 anotó tres de los cuatro tiros libres de los que dispuso para poner el marcador en 10-6 favorable a los Picotas, que de no haber sido por Santana, habrían dejado a Santa Rita en un mísero triple en todo un cuarto.

El segundo cuarto comenzó bastante mal. Santa Rita se repuso de su anterior desacierto a base de defender fuerte –rozando la ilegalidad en cada acción, sobre todo cuando la pelota llegaba a posiciones cercanas al aro- y realizar sencillos contraataques ante el mal balance defensivo de los Picotas. Al problema de faltas de David, se le sumo la lesión de Enrique. En un lance del juego, la rodilla se le giro pero el pie no. Al principio pareció grave, luego, al ver que podía caminar aunque con dificultad y que se le había pasado un poco el dolor inicial, se pensó que tal vez no fuera para tanto y finalmente, se descubrió que la rodilla no estaba bien.

Para colmo de males, Santana seguía empecinado en erigirse como actor principal y aplicando el reglamento a rajatabla –siempre en el sentido de los Picotas- le pitaba una falta antideportiva a Arrojo por considerar que era el último jugador cuando hizo una falta en el medio del campo para cortar el enésimo contraataque. Como esto le pareció poco, dos jugadas después sancionó con técnica al banquillo por gritar “Zona” al ver el chalet que se había montado un jugador de Santa Rita. Teniendo en cuenta que hasta hemos dado palmas y hecho bailes en el banco con este mismo árbitro en otros partidos y nunca ha sucedido nada, no se entiende su reacción.

Cuando todo apuntaba a que Santa Rita daría el estirón definitivo, llegaron los triples. Primero Óscar anotó desde un lateral, en la siguiente acción era Alberto el que hilaba fino y una vez más Óscar enchufaba desde la línea de tres. Santa Rita se preocupó demasiado en defender a los hombres interiores que no tuvo en cuenta que los Picotas tienen calidad suficiente como para meter también desde fuera. 27-27 al final del cuarto.

El tercer cuarto fue de alternancias en el marcador. Santa Rita seguían empeñados en no permitir ni una sola canasta fácil y las numerosas faltas que cometieron no fueron aprovechadas al fallar 5 tiros libres. Que tan solo Dani lograse anotar en juego dice mucho de la estrategia que eligió Santa Rita y de las dificultades que tuvieron los Picotas para anotar. Pero tampoco les sirvió para tomar mucha ventaja en el marcador. No obstante, encontraron un punto débil en la defensa. Los bases subían hasta la línea de triples o bien basculaban hacia otros lados, circunstancia que aprovechaban para realizar un bloqueo al jugador que se encontraba en el lateral de la parte baja de la zona, darle el balón al 7 y que éste se acercase a una distancia prudencial y lanzase a tabla sin ninguna oposición. Así consiguió tres canastas seguidas en este cuarto y alguna más en el siguiente. A pesar de todo, el marcador quedó en 37-35 favorable a Santa Rita.

En el último cuarto, Dani salió enchufado. Olvidada ya la borrachera de unas pocas horas antes, las buenas sensaciones que tenía se transformaron en canastas tras irse fácilmente de su defensor. Sumado a otro triple de Óscar, los Picotas consiguieron una ventaja de 5 puntos, todo un mundo en este partido tan apretado. Santa Rita pidió un estratégico tiempo muerto, que surtió el efecto esperado, remontando su desventaja y aumentándola en cuatro puntos. Parcial de 9-0 y menos de un minuto para finalizar el encuentro. Fue David quien paró la sequía anotadora de los Picotas con una canasta y tiro libre adicional que no convirtió.

50 segundos. Los Picotas pierden por 2. Santa Rita saca de fondo pero se encuentra con una inesperada e intensa presión a toda la cancha, con muchas ayudas y constantes dos contra uno. Ante la imposibilidad de pasar el medio del campo antes de los ocho segundos, deciden dar un pase largo que es cortado por Óscar. El balón le llega de nuevo a David, quien en su entrada a canasta es objeto de falta. Los dos tiros libres empatarían el encuentro a falta de 30 segundos, pero no consigue anotar ninguno. Los Picotas se ven obligados a realizar una falta rápida al jugador que tiene la bola, el número 10, que suele ser uno de los más seguros desde la línea de personal. Tira el primero y… falla. Aún hay esperanza de anotar un triple en la siguiente jugada para empatar el partido como mínimo. Lanza el segundo y tampoco entra. El rechace sale muy largo, hacia terreno de nadie y el más rápido es el mismo tirador, que hace lo posible por consumir el mayor tiempo. A falta de tan solo 8 segundos recibe falta de nuevo. Una vez más se dispone a anotar y… no lo consigue. La agonía se prolonga. Lanza el segundo ¡Y tampoco! El rebote lo recoge Inchausti, que pasa el balón rápidamente a Alberto. Éste cruza toda la cancha hasta llegar a unos 10 metros del aro, donde se encuentra con dos oponentes. Al intentar doblar el balón a Óscar, que ya estaba preparado en la línea de tres, recibe la falta personal y la responsabilidad cae sobre sus espaldas.

Bota el balón, mira al aro, se concentra para evitar desviaciones en el tiro, pero es tanta su preocupación de que la pelota siga una trayectoria perfecta hacia el aro, que no flexiona las piernas correctamente y aunque el balón va dirigido en la dirección adecuada, no lleva suficiente fuerza y el cuero no toca ni el aro. La única opción que queda es tirar a fallar el segundo y rezar para que el rebote quede lo suficientemente cerca del aro como para conseguir una canasta rápida, pero lejos para que hubiera alguna posibilidad de recoger el rechace. La pelota sale hacia el lateral derecho, pero entre palmeos, los dos segundos transcurren sin posibilidad de anotar.
Una vez más, los Picotas se quedaban a las puertas de derrotar al único rival que aún perdura en la liga desde que se apuntaran en la categoría senior, allá por el año 97 y que aún no han conseguido vencer. No obstante, no parece una idea tan descabellada como otros años. Veremos qué pasa en la segunda vuelta.

Sin embargo, el precio que tendrán que pagar para el siguiente partido es demasiado caro. Con Enrique lesionado, Sergio de viaje e Inchausti trabajando, Antonio se queda como único hombre alto contra los Bobcats, equipo que se ha reforzado este año con el jugador más alto de Antonio Machado, del cual no tenemos un agradable recuerdo. Habrá que hacer un esfuerzo colectivo para solventar estas ausencias.

Estadísticas:


Puntos

Triples

TL Anotados

TL Intentados

% TL

Faltas

4. Inchausti

4

0

0

1

0

2

5. David

5

0

1

8

12,5

4

8. Rafa

-

-

-

-

-

-

9. Dani Moreno

9

0

1

2

50

0

10. Enrique

0

0

0

0

0

0

11. Alberto

6

2

0

4

0

2

12. Antonio

11

0

3

4

75

3

15. Sergio

-

-

-

-

-

-

24. A. Arrojo

0

0

0

0

0

1

34. Óscar

9

3

0

0

0

4

69. Javi

-

-

-

-

-

-

TOTAL

44

5

5

19

26,31%

16



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, esto sí que es una putada, un partido que se tenía que haber ganado y que al final por unas cosas y otras se acaba perdiendo. De todas formas no pasa nada, en la segunda vuelta se tienen que poner las cosas en su sitio. Esperemos que, como todo parece indicar, este año Santa Rita no sea el equipo imbatible de antaño.

Anónimo dijo...

Una auténtica lástima lo de este partido. Pero tenemos que quedarnos con la buena defensa del primer cuarto. Como bien explica Alberto en la crónica, Santa Rita podría haber acabado el primer cuarto con solo un triple anotado, así es imposible que nos ganen!Estoy convencido de que en la segunda vuelta Santa Rita caerá por primera vez.

Enrique

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