Pocas veces escribir la crónica de un partido me había resultado tan fácil y, paradójicamente, tan complicado. También hace falta remontarse mucho tiempo atrás -y hasta donde alcanza mi memoria, no hay datos al respecto- para recordar un marcador tan bajo en el haber de los Picotas.
Pero como el partido no tuvo mucha historia que contar, mejor os voy a dar información sobre la avispa caza tarántulas. La Pepsis formosa es una avispa de la familia Pompilidae. Suelen medir en torno a los 5 centímetros y su aguijón puede alcanzar los 7 milímetros. Su picadura es una de las más dolorosas en el mundo de los insectos. La hembra de estas avispas se acerca a las tarántulas y con un rápido movimiento, clava su aguijón en la parte baja del tórax del arácnido, paralizándolo casi instantáneamente, para después arrastrar el cuerpo hasta su guarida, una pequeña caverna excavada en el suelo, donde servirá de alimento -paralizada, pero aún viva e indefensa- cuando eclosione el huevo que la avispa deposita.
Bueno, después de este absurdo receso, continuaré con el resumen del partido que la semana pasada enfrentó a los Picotas contra San Federico, último partido de la primera vuelta.
Podríamos estar mucho tiempo enumerando la ingente cantidad de tiros errados desde todas las posiciones y distancias. Algunos en jugadas imposibles, desequilibrados y con los defensores encima. Otros completamente solos. Tiros libres, triples... cualquier lanzamiento se convertía en un rebote. Como ya mencionamos durante el encuentro, es peor no anotar dos puntos porque no se ha lanzado cuando alguien tenía una buena posibilidad, que por tirar y fallar. Sin embargo, cuando ves que por más que lo intentas nada de lo que tiras entra, poco a poco, te vas desmoralizando, perdiendo la confianza en tus habilidades, hasta que te dejas llevar presa de la desesperación.
Esta vez no hubo errores de bulto en el ámbito arbitral. El partido tampoco se desarrolló con excesiva agresividad, si bien algunas faltas, sobre todo al final del encuentro con todo decidido, estuvieron fuera de lugar. La defensa de los Picotas, siempre en términos generales, no fue mala. San Federico sólo anotó 47 puntos, 29 de ellos en la primera mitad. Ni siquiera podríamos decir que físicamente el exceso de alcohol y polvorones les pasara factura.
El principal problema fue que la pelota no entró, y en un deporte en el que para ganar hace falta anotar un punto más que el contrario, si el balón no traspasa la red después de entrar por la parte superior del aro, poco se puede hacer para conseguir la victoria. Aquí no vale cerrar la defensa para que el otro equipo no anote y buscar el empate. Una de las cosas que más me gustan del baloncesto es eso, que hay que salir a ganar siempre.
Esta vez espero me disculpéis, pero no voy a hacer un resumen exhaustivo cuarto por cuarto. Simplemente quedaos con la idea de que en el tercer y en el último cuarto, sólo Sergio anotó una canasta en juego. En el primero una David y otra Sergio y en el segundo una Alberto y otra Antonio. El resto de puntos, aunque fueron pocos, vinieron desde la línea de personal. El resto, ya os lo podéis imaginar. Muchos tiros, al principio en buenas posiciones y luego, al ver que no había manera de que entraran, cada vez más embarullados intentando buscar posiciones más cercanas o simplemente, otras opciones distintas. Pero ninguno dentro.
El marcador final: Picotas 17 - 47 San Federico.
Estadísticas:
Pero como el partido no tuvo mucha historia que contar, mejor os voy a dar información sobre la avispa caza tarántulas. La Pepsis formosa es una avispa de la familia Pompilidae. Suelen medir en torno a los 5 centímetros y su aguijón puede alcanzar los 7 milímetros. Su picadura es una de las más dolorosas en el mundo de los insectos. La hembra de estas avispas se acerca a las tarántulas y con un rápido movimiento, clava su aguijón en la parte baja del tórax del arácnido, paralizándolo casi instantáneamente, para después arrastrar el cuerpo hasta su guarida, una pequeña caverna excavada en el suelo, donde servirá de alimento -paralizada, pero aún viva e indefensa- cuando eclosione el huevo que la avispa deposita.
Bueno, después de este absurdo receso, continuaré con el resumen del partido que la semana pasada enfrentó a los Picotas contra San Federico, último partido de la primera vuelta.
Podríamos estar mucho tiempo enumerando la ingente cantidad de tiros errados desde todas las posiciones y distancias. Algunos en jugadas imposibles, desequilibrados y con los defensores encima. Otros completamente solos. Tiros libres, triples... cualquier lanzamiento se convertía en un rebote. Como ya mencionamos durante el encuentro, es peor no anotar dos puntos porque no se ha lanzado cuando alguien tenía una buena posibilidad, que por tirar y fallar. Sin embargo, cuando ves que por más que lo intentas nada de lo que tiras entra, poco a poco, te vas desmoralizando, perdiendo la confianza en tus habilidades, hasta que te dejas llevar presa de la desesperación.
Esta vez no hubo errores de bulto en el ámbito arbitral. El partido tampoco se desarrolló con excesiva agresividad, si bien algunas faltas, sobre todo al final del encuentro con todo decidido, estuvieron fuera de lugar. La defensa de los Picotas, siempre en términos generales, no fue mala. San Federico sólo anotó 47 puntos, 29 de ellos en la primera mitad. Ni siquiera podríamos decir que físicamente el exceso de alcohol y polvorones les pasara factura.
El principal problema fue que la pelota no entró, y en un deporte en el que para ganar hace falta anotar un punto más que el contrario, si el balón no traspasa la red después de entrar por la parte superior del aro, poco se puede hacer para conseguir la victoria. Aquí no vale cerrar la defensa para que el otro equipo no anote y buscar el empate. Una de las cosas que más me gustan del baloncesto es eso, que hay que salir a ganar siempre.
Esta vez espero me disculpéis, pero no voy a hacer un resumen exhaustivo cuarto por cuarto. Simplemente quedaos con la idea de que en el tercer y en el último cuarto, sólo Sergio anotó una canasta en juego. En el primero una David y otra Sergio y en el segundo una Alberto y otra Antonio. El resto de puntos, aunque fueron pocos, vinieron desde la línea de personal. El resto, ya os lo podéis imaginar. Muchos tiros, al principio en buenas posiciones y luego, al ver que no había manera de que entraran, cada vez más embarullados intentando buscar posiciones más cercanas o simplemente, otras opciones distintas. Pero ninguno dentro.
El marcador final: Picotas 17 - 47 San Federico.
Estadísticas:
JUGADORES
|
PUNTOS
|
TRIPLES
|
TLA
|
TLI
|
%TL
|
FALTAS
|
1. David Milla
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0,00
|
1
|
2. Dani
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0,00
|
3
|
4. Inchausti
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0,00
|
1
|
5. David
|
4
|
0
|
2
|
7
|
28,57
|
1
|
8. Jesús
|
0
|
0
|
0
|
2
|
0,00
|
2
|
10. Enrique
|
1
|
0
|
1
|
2
|
50,00
|
1
|
11. Alberto
|
2
|
0
|
0
|
0
|
0,00
|
0
|
15. Sergio
|
8
|
0
|
2
|
4
|
50,00
|
3
|
16. Antonio
|
2
|
0
|
0
|
0
|
0,00
|
1
|
33. Óscar
|
||||||
Total
|
17
|
0
|
5
|
15
|
33,33
|
13
|