Tras el exceso de vista en la aplicación del reglamento para señalar pasos a todo aquel que hiciera algo no muy claro con el balón en la primera jornada, y la falta de rigor en la segunda cuando muchas acciones sólo eran sancionadas "si se obtenía alguna ventaja al cometer la infracción", convirtiendo la lucha por el rebote en una batalla campal y escatimando puntos y segundos de aquí y de allá para que el partido finalizase cuanto antes, el estamento arbitral sale a la palestra una vez más y es objeto de debate en todos los postpartido de los domingos en los bares.
El desembolso que realiza cada equipo al inicio de la temporada no es pequeño precisamente, pero los derechos que se obtienen con ello son prácticamente nulos. No así las obligaciones, que cada vez son más rigurosas, distorsionando el sentido lúdico de este deporte a estos niveles. Por todos es entendible que el ser humano se equivoca y la discusión no va por esos derroteros. Sin embargo, conductas altivas, egos ensalzados, pasotismo o vaguería, son características intolerables en personas que se dedican a enjuiciar el comportamiento de los equipos sobre la cancha. Y es precisamente en ese punto donde se quiere incidir desde este humilde post.
Para calibrar cuál es la opinión de los usuarios que habitualmente visitan este blog y a petición popular de muchos de los integrantes del equipo al que está dedicado, os propongo la siguiente encuesta que durará hasta la siguiente jornada, de modo que lo que ocurra este domingo podrá influir positiva o negativamente en el resultado.
¿Puede un árbitro acabar un partido sin haber derramado una sola gota de sudor? ¿Tiene derecho a levantar la voz como si estuviera en la tertulia de Futboleros? ¿Hasta dónde tiene poder? ¿Evitar complicarse la vida puede producirle el efecto contrario? ¿Entender que el salario que cobra es muy poco le da derecho a no hacer su trabajo? ¿Es correcto que árbitros y mesas sean amigos, familiares o parejas de alguno de los integrantes de los equipos implicados?
Ahí dejo esas preguntas para que debatáis sobre ellas en los comentarios. A continuación, la encuesta.
El desembolso que realiza cada equipo al inicio de la temporada no es pequeño precisamente, pero los derechos que se obtienen con ello son prácticamente nulos. No así las obligaciones, que cada vez son más rigurosas, distorsionando el sentido lúdico de este deporte a estos niveles. Por todos es entendible que el ser humano se equivoca y la discusión no va por esos derroteros. Sin embargo, conductas altivas, egos ensalzados, pasotismo o vaguería, son características intolerables en personas que se dedican a enjuiciar el comportamiento de los equipos sobre la cancha. Y es precisamente en ese punto donde se quiere incidir desde este humilde post.
Para calibrar cuál es la opinión de los usuarios que habitualmente visitan este blog y a petición popular de muchos de los integrantes del equipo al que está dedicado, os propongo la siguiente encuesta que durará hasta la siguiente jornada, de modo que lo que ocurra este domingo podrá influir positiva o negativamente en el resultado.
¿Puede un árbitro acabar un partido sin haber derramado una sola gota de sudor? ¿Tiene derecho a levantar la voz como si estuviera en la tertulia de Futboleros? ¿Hasta dónde tiene poder? ¿Evitar complicarse la vida puede producirle el efecto contrario? ¿Entender que el salario que cobra es muy poco le da derecho a no hacer su trabajo? ¿Es correcto que árbitros y mesas sean amigos, familiares o parejas de alguno de los integrantes de los equipos implicados?
Ahí dejo esas preguntas para que debatáis sobre ellas en los comentarios. A continuación, la encuesta.