SUBCAMPEONES 2016-17

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¿Contra todo pronóstico, los Picotas finalizan la temporada 2016-17 en segundo puesto

SUBCAMPEONES 2016-17
Clasificacion

Consulta aquí la clasificación de la jornada

Clasificación

Clasificacion
Crónica jornada 6: Picotas vs Parque Aluche

Crónica Jornada 6

Tras la de cal, tocó arena

Crónica jornada 6: Picotas vs Parque Aluche
Crónica jornada 5: CB Pozuelo vs Picotas

Crónica Jornada 5

Continúa la montaña rusa

Crónica jornada 5: CB Pozuelo vs Picotas
Crónica jornada 4: San Cristóbal 69ers vs Picotas

Crónica Jornada 4

Victoria trabajada

Crónica jornada 4: San Cristóbal 69ers vs Picotas
Crónica jornada 3: Picotas vs Basket Botellín

Crónica Jornada 3

Derrota asequible

Crónica jornada 3: Picotas vs Basket Botellín
Crónica jornada 2: Picotas vs Évora Marketeam

Crónica Jornada 2

Nuevos brotes y primera victoria

Crónica jornada 2: Picotas vs Évora Marketeam
Crónica jornada 1: Carabanchel Bobcats vs Picotas

Crónica Jornada 1

Penoso arranque de temporada

Crónica jornada 1: Carabanchel Bobcats vs Picotas

lunes, 2 de abril de 2018

De nuevo hubo que sufrir para conseguir la victoria, pero se cumplió el objetivo. Las lesiones y los compromisos laborales están asolando la plantilla picotil, que cada fin de semana tiene que hacer encaje de bolillos para formar un cinco con el que empezar el partido. Esta semana pintaba muy mal la cosa, pero la llegada de dos efectivos inesperados permitió que incluso tuvieran un cambio.

El encuentro comenzó frío, como el ambiente del pabellón, en el que la calefacción nunca es encendida; total, para qué, solo son los cuatro gatos del deporte raro ese de tirar una pelota a una cesta. Sin embargo, hubo un bonito intercambio de canastas que hacía presagiar una contienda animada. El cruce de canastas finalizó cuando los Picotas comenzaron a fallar tiros. Évora por su parte, anotaba con facilidad obteniendo buenas posiciones de tiro a media y corta distancia sin mucho esfuerzo, yéndose en uno contra uno. La defensa pasiva hacía aguas por todas partes y cuando no acertaban a la primera, el rebote en ataque les permitía tener segundas opciones bien aprovechadas. De esta forma, se llegó al 9-14 al término del primer cuarto.

El segundo arrancó con un vertiginoso contraataque tras robo de balón que recortaba distancias. Un espejismo. Los locales continuaron espesos en ataque y blandos en defensa. Los escasos puntos llegaron en acciones aisladas, sin continuidad y los de blanco siguieron jugando a su ritmo, a placer, moviendo el balón sin oposición y entrando a tirar desde el medio de la zona libres de marca. De esta penosa forma, llegaron al descanso 14-23. Nueve puntos de desventaja, pero con la sensación de que la remontada era posible. Sólo había que querer. La clave estaba en la defensa, estar más encima, presionar, y el resto vendría solo.



Decididos a llevar a cabo tan ardua tarea, la primera posesión fue una declaración de intenciones: robo de balón, salida fulgurante, contraataque vertiginoso y solo con falta Evora evitó la canasta. Siguiente jugada: presión asfixiante en el bote que provoca la pérdida. En estático, rápido movimiento de balón y triple desde el lateral. Tercera, idéntica: presión, mal tiro, rebote, dos pases, triple desde el mismo sitio. Cuarta: robo de balón, contraataque dos contra dos, finalización bajo el aro y remontada completada. En 4 minutos los Picotas le habían dado la vuelta al partido con un parcial de 9-0 que marcaba el camino a seguir durante el resto del partido.

Los visitantes pidieron tiempo para detener la sangría, pero los Picotas seguían enchufados. Anotaron dos triples más en el cuarto y obtuvieron una renta de 5, que a falta de pocos segundos, en el único despiste defensivo, se redujo a 3. Mas la dinámica era favorable y sólo había que mantenerla. El parcial del cuarto, 18-6, así lo atesora.

Ya en el último periodo, el ritmo fue cortado por las constantes faltas, muchas de ellas de tiro, lo que provocó que el tiempo se consumiera rápidamente sin estar el balón en juego. Un nuevo triple otorgaba a los de amarillo su máxima ventaja del partido, 9 puntos a 4 minutos del final.

Sin embargo, Evora, herido en su orgullo una vez más por haber dejado escapar otra oportunidad de conseguir sumar una victoria contra Picotas, apretó con las fuerzas que le quedaba y en dos ataques que Picotas no acertó con el aro, respondió con un triple y una canasta que les ponía a cuatro y les volvía a meter en el partido.

No obstante, los locales no se pusieron nerviosos, supieron aprovechar los espacios provocados por el intento de presión y volvieron a ponerse 7 arriba en el último minuto para certificar la victoria. Un triple más, a favor de Evora, dejó el marcador final en Picotas 44 - 40 Évora Marketeam.

Lo mejor: la voluntad y el empeño puesto por querer hacerlo bien y tomarse un poco en serio esto.

Lo peor: la defensa en los dos primeros cuartos, al trantrán, sin muchas ganas de correr, ni pelear los rechaces, evitando el contacto en todo momento.

Arbitraje: puso voluntad corriendo más que la media en los juegos municipales, pero su prominente miopía le hizo cometer algunos errores. Permitió el contacto con las manos en exceso en zonas exteriores pero lo castigó dentro de la zona. En términos generales, aprobado, sin relevancia en el marcador final.

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viernes, 30 de marzo de 2018

Rozando la épica, así podríamos calificar la actuación de los Picotas esta semana. Todo empezó a torcerse en la mitad del segundo cuarto, cuando Antonio tuvo que retirarse lesionado acabando con el único cambio disponible. Pero la situación iba a empeorar al final del tercer cuarto. Sergio era expulsado del partido tras ser sancionado con técnica por protestar una falta y haber cometido anteriormente una falta antideportiva al golpear en la cabeza de forma accidental a un contrario cuando este salía al contraataque.

Los Picotas se quedaban con cuatro jugadores toda la recta final de partido y nueve abajo en el marcador. Carabanchel Bobcats intentó aprovechar su superioridad numérica primero, presionando la subida del balón desde el saque de fondo, después, cambiando de zona a individual con ajustes. Pero nuestros héroes agotaron todas las reservas que les quedaban y se fueron decididos hacia el aro, sacando en cada ataque una acción positiva, sumando y remontando esa desventaja hasta ponerse a sólo dos puntos, 29-27 minuto 5.

Mas aún quedaba mucho partido y las energías ya estaban agotadas por completo. El desgaste de ser 4 pasó factura y el balance defensivo, a ser inexistente. Tras un par de contraataques de uno contra nadie y con los Picotas sin ideas, acabando las posesiones sin encontrar una solución a la zona planteada por sus rivales y lanzando desde fuera sin acierto, los minutos se fueron y la oportunidad de hacer historia y ser recordados en las tertulias de bar, se esfumó.

Anteriormente, en los dos primeros cuartos se pudo ver un partido igualado. Bobcats pasó 10 minutos sin anotar en el primer periodo, lanzando con unos porcentajes horrendos y con los visitantes defendiendo bien para lo que estamos acostumbrados a ver. Estos no aprovecharon para cobrar distancia y dejaron escapar la oportunidad de dar un paso adelante, fallando también muchos tiros y terminando el cuarto con un mediocre 4-7.

En el segundo, Bobcats se entonó gracias a la profundidad de banquillo, que aportó una  frescura e intensidad que los Picotas no consiguieron frenar debidamente, aunque mantuvieron su nivel para llegar al descanso aún por delante en el marcador 15-16.

De cualquier forma, el marcador final Carabanchel Bobcats 42 - 36 Picotas fue más que digno.

Lo mejor: el pundonor mostrado para, siendo cuatro y yendo nueve abajo, ser capaces de mantenerse en el partido y aguantar el tipo.

Lo peor: no ser suficientes para, al menos, terminar los partidos con cinco.

Arbitraje: bien hasta el momento de la expulsión. Permitiendo el contacto y sancionando sin cometer errores de bulto. Teniendo en cuenta que eran sólo cinco, pudo haber tenido más paciencia con la técnica y haber advertido verbalmente una primera vez, en lugar de dejar a los Picotas mermados durante tanto tiempo.

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Publicado por Picotas

domingo, 4 de marzo de 2018

Dos partidos y casi un mes después, los Picotas consiguieron su primera victoria del año. Fue ante el colista, Parque Aluche, y ya os digo que no resultó sencillo, pese a que sólo han ganado un partido en toda la temporada.

Los de azul saltaron al parqué más despiertos, mientras que los visitantes aún se estaban quitando los pantalones cuando el árbitro pitó un minuto después de que hubieran pasado treinta segundos desde que pitara tres. La defensa individual y la permisividad del colegiado con los contactos ilegales, despistó a unos dormidos Picotas que no era capaces de llegar al aro con peligro. Por si esto fuera poco, el calamitoso balance defensivo permitió varios contraataques y con un parcial de 11-1, los locales se hacían fuertes y comenzaban a creer en la victoria. El cuarto terminó 13-4. Un duro calentamiento. Ahora comenzaba el partido de verdad, pero 9 puntos abajo. La consigna durante el segundo cuarto era no permitir contraataques y surtir de balones a los pívots, claramente superiores en altura y peso. De esta forma, poco a poco, se fueron igualando las fuerzas. Parque Aluche sólo podía detener con faltas a los interiores, pero la excesiva permisividad arbitral, hacía que en muchos casos, los continuos empujones, agarrones y palos imposibilitaran el obtener un resultado positivo en ataque. Aun así, tuvieron que cerrar la defensa para poder ayudar dentro de la zona, lo que dejó a los tiradores abiertos de Picotas con mayor libertad. Un par de triples seguidos puso a los de amarillo de nuevo por delante en el marcador a dos minutos para la conclusión del cuarto, algo que no sucedía desde la primera canasta del partido. El cuarto concluyó 19-22, gran remontada mediante un parcial 6-18 que certificaba que la pájara inicial había sido pasajera. Pero en el tercer cuarto los locales salieron dispuestos a pelear por la victoria y se mostraron más acertados de cara el aro, lo que propició que recuperarán el dominio en el tanteo. Por su parte, los Picotas intentaban continuar surtiendo de balones a sus jugadores interiores, pero los malos porcentajes y la fatiga, fueron un lastre difícil de salvar. Tampoco ayudaron las continuas protestas por las faltas no sancionadas, que cortaban la dinámica de un, ya de por sí, encuentro poco fluido. Al límite del tiempo reglamentario, un triple de Parque Aluche dejaba el marcador en 30-29. Una vez más tocaba sufrir y estaba claro que la clave pasaba por defender bien. Y vaya si lo hicieron. Parecía imposible que después de tres cuartos agotadores, nuestros artistas aún tuvieran fuerzas para no dejarse llevar, pero así fue. Parque Aluche movía el balón por fuera, buscando los huecos para intentar penetrar, pero estos ya no existían. Tampoco había posiciones cómodas de tiro, pues con constantes cambios y ayudas, los Picotas llegaban a todas partes. Como ya sucediera en la primera vuelta, los Picotas volvían a dejar a Parque Aluche sin anotar en todo un cuarto completo. Conseguido este hito, bastaba con que anotasen una canasta para ganar el partido, algo que había sucedido en el primer ataque del cuarto. Poco a poco, la distancia se fue haciendo mayor y aunque Parque Aluche no cejó en su empeño, les fue imposible franquear la aguerrida defensa picotil, y la victoria cayó en el bando visitante por un aceptable Parque Aluche 30 - 43 Picotas. Gran trabajo realizado para darle la vuelta a un partido que se complicó pronto pero que terminó arreglándose y del que podemos extraer dos conclusiones resumidas en sendos comentarios: no hay rival pequeño y hay que calentar antes de empezar.
Arbitraje: malo. Permitió demasiado contacto por parte de Parque Aluche y no tuvo el mismo criterio en ambos lados de la cancha. Se movió poco y lento, lo que le impidió estar bien colocado para ver el juego correctamente. Al menos fue paciente, dialogante y no sancionó con técnica ninguna protesta, aunque pudo haberlo hecho en varios momentos del encuentro.


Lo mejor: la defensa del último cuarto que permitió certificar la victoria con solvencia.


Lo peor: los constantes enfrentamientos, riñas, piques y protestas que emponzoñaron y emborronaron un partido que debería de haber discurrido por otros derroteros.

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viernes, 17 de noviembre de 2017

Continuando con su particular montaña rusa, los Picotas terminaron la primera ronda con una victoria sin paliativos ante Parque Aluche, en un partido donde la superioridad en altura y peso se hizo patente desde el salto inicial.


Parque Aluche es un nuevo equipo en la competición, compuesto en su mayoría por chicos jóvenes, de estatura inferior al 1,80 y con músculos aún por desarrollar. Ante esta tesitura, la estrategia a seguir estaba clara, surtir de balones a los pivots para que aprovechasen su manifiesta superioridad. Sin embargo, el primer parcial de 8-0 en dos minutos llegó de manos de los jugadores exteriores, que se beneficiaban de los espacios generados y de las rápidas transiciones provocadas por una buena defensa y la captura de todos los rebotes.


Pero pronto las torres de Picotas cobraron más protagonismo, realizando buenas combinaciones entre ellas y abusando de sus rivales para anotar con facilidad en posiciones cercanas.


Parque Aluche tuvo que cambiar su defensa zonal a individual para intentar paliar el escarnio que estaban sufriendo, pero los Picotas continuaban saliendo con velocidad tras capturar el rebote o robar el balón, por lo que no notaron el cambio de defensa.


En un primer cuarto para enmarcar, los Picotas habían sentenciado el partido: 22-0. El resto ya era historia, pero aún así había que jugarlo.


Con defensa individual hubiera sido un buen momento para aprovechar aún más los centímetros y kilos de los hombres interiores, jugando un dos contra dos en un lateral con el resto de jugadores bien abiertos en el otro lado, pero eso es pedirles demasiado a unos Picotas carentes del entrenamiento necesario para mecanizar todos estos movimientos básicos. Así que el ímpetu y el orgullo sacado por Parque Aluche dio los frutos esperados. El ataque de los de amarillo se fue espesando y el acierto en los tiros, empobreciendo.


16 minutos después del salto inicial llegó la primera canasta de Parque Aluche en forma de triple y, seguidamente, llegaría otro, esta vez a tabla y no voluntaria, pero que valía lo mismo que el anterior. El resultado 32-8 al término de la primera mitad refleja lo sucedido durante este cuarto.






















Ya en la segunda parte, los Picotas volvieron a recuperar el acierto y las ganas de intentar pasarlo bien y, al igual que hicieron en el primer cuarto, endosaron a sus rivales un parcial de 8-0 en menos de tres minutos. Un jugador de Parque Aluche fue sancionado con técnica por ir en actitud desafiante contra otro de Picotas, amenazando con emponzoñar un partido que estaba transcurriendo tranquilo, dentro de los cauces de la deportividad, y que no tenía ninguna necesidad de poner en riesgo la integridad de los jugadores por un lance absurdo. Por suerte, la cosa no pasó a mayores y el encuentro continuó sin mayor problema. Los Picotas se distanciaron un poco más y parecía que llegarían a la sextena sin mucho esfuerzo.


El marcador al final del cuarto fue 48-17, gracias a un par de tiros anotados por Parque Aluche en el último minuto.


Al comienzo del último cuarto, los visitantes aumentaron su intensidad defensiva, (bendita juventud) presionando desde mitad de cancha, aunque fue bien solventada por los jugadores de Picotas, que eran capaces de hacer llegar el balón a sus pivots. Sin embargo, el aciago porcentaje en los tiros cercanos y la obcecación por terminar las jugadas una vez el balón llegaba a esas posiciones, mermó las opciones de engordar la estadística. Durante nueve largos minutos, los gualdeses no encestaron ni un solo punto, dando al traste con la buena imagen mostrada hasta el momento.


Parque Aluche aprovechó para meter unos cuantos puntos, mejorando así la paupérrima anotación del principio, y ganarle el cuarto a los Picotas 10 a 13. Un hecho que, más allá de la anécdota, sirve para recordar que no hay rival pequeño y que buena parte de las opciones de victoria dependen de la concentración y la actitud.

El resultado final Picotas 58 - 30 Parque Aluche dejó una victoria más en el casillero picotil, que acaba la primera vuelta con balance neutro, tres victorias y tres derrotas, pero también dejó la sensación de haber podido hacer más.

Incidencias: En un lance del juego, Antonio cargó un rebote ofensivo con el brazo tras ser agarrado repetidas veces por el jugador número 2 de Parque Aluche, que salió despedido. Tras pitar la falta, éste se fue en actitud amenazante, reclamando la acción al jugador de Picotas, pero el árbitro estuvo rápido y sus compañeros también, consiguiendo relajar la situación y sancionando con técnica al jugador de Parque Aluche.

Árbitro: Notable. En un partido tranquilo y cómodo, supo gestionar con rapidez el único momento de tensión vivido, hablando para normalizar la situación y sancionando como era debido.

Lo mejor: El demoledor parcial de 26-0 que dilapidó cualquier opción de partido igualado y que cuatro de los seis jugadores de Picotas que participaron en el partido anotasen más de diez puntos.

Lo peor: La sequía anotadora del último cuarto y no haber logrado dos objetivos que al inicio del partido parecían asequibles: superar los 60 puntos y ganar por más de 30.

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sábado, 11 de noviembre de 2017

Como ya decía la jornada pasada, el juego interior de los Picotas iba a pasar por serios aprietos merced a las ausencias de sus tres pivots. Así que sin un referente interior, se presentaron a su cita semanal con el baloncesto para enfrentarse a CB Pozuelo, toda una incógnita de equipo a pesar de ser su segundo año en la competición.


Los Picotas y el árbitro tuvieron la deferencia de esperar a sus rivales, que no eran suficientes para empezar el partido a la hora, y a los pocos minutos aparecieron varios jugadores más y el encuentro pudo disputarse.


La estrategia planteada por los visitantes ante el abundante juego interior de CB Pozuelo, fue cerrarse en la zona para ayudar dentro, a pesar del riesgo que suponía una mañana acertada en los triples. Pero una cosa es cerrarse y otra muy distinta es no hacer intención siquiera de puntear los tiros. De esta forma, pronto quedó claro que el domingo no iba a ser un gran día. El inapelable parcial de 0-10, incluyendo dos triples, no dejaba dudas. Pero la sangría venía en el rebote, justo lo que se estaba intentando fortalecer al permitir los tiros exteriores. CB Pozuelo disfrutaba de segundas o terceras oportunidades en cada ataque. La falta de costumbre en cerrar el rebote, normalmente se palia con la superioridad en centímetros, pero esta vez no era tal y no hubo la actitud necesaria para suplirla. La escasez de efectivos también influyó a la hora de mostrar más intensidad.


El marcador 20-6, cuatro triples incluidos, presagiaba tres complicados cuartos por delante.


El ritmo anotador de CB Pozuelo no aflojó en el siguiente periodo. Los Picotas estaban completamente desarbolados y faltos de ideas. Seguían sin cerrar el rebote. Además había que sumar las numerosas pérdidas absurdas en el primer pase. Las líneas estaban bien cubiertas y en lugar de intentar algún uno contra uno, CB Pozuelo robaba el balón con facilidad tras cortar pases flojos y sencillos de interceptar. Así que la actividad ofensiva de los Picotas se limitaba a tirar de tres con nula efectividad, tras dar un pase como máximo.


A la conclusión de los dos primeros cuartos, CB Pozuelo se iba al descanso con 28 puntos de ventaja, 38-10, y una proyección de 80 puntos al final del partido. Los Picotas tenían que reaccionar si no querían llevarse una de las palizas de la temporada.


























No les acompaña el físico, tampoco están teniendo fortuna con las circunstancias externas, pero aún conservan las ganas de divertirse y demostrar que saben algo de esto. Así que apelando al orgullo, que es lo único que podían hacer, los Picotas enfrentaron el tercer cuarto con el objetivo de no dejarse avasallar. Y, digamos que lo consiguieron en un 75%. Efectivamente, la defensa mejoró. CB Pozuelo no anotó hasta el minuto 5 y en todo el cuarto sólo obtuvo 9 puntos. La nota negativa fue que Picotas se estancó en ese mismo minuto y su triste anotación fue de 4 puntos. Otro parcial perdido, pero al menos el vendaval se había mitigado.


El último cuarto, de trámite, se convirtió en un correcalles. Los Picotas pudieron contraatacar y engordar un poco las estadísticas mientras que CB Pozuelo, a medias entre la relajación y la fatiga, no defendía con la misma intensidad. Al fin llegaron los triples, cuando ya no servían para nada, y pocos en comparación con los intentados, pero aún así, suficientes para ganar el cuarto 12-15, al menos, y dejar el marcador final en CB Pozuelo 59 - 29 Picotas.


Incidencias: partido limpio, sin incidencias reseñables.


Arbitraje: correcto. Dejó sin sanción una posible antideportiva al inicio del encuentro para evitar tener que expulsar a alguien en un partido de plantillas cortas, pero advirtió de que, si lo había hecho una vez, debía mantenerlo durante todo el partido. Permitió el contacto por el bien de la fluidez del juego y dialogó con todo aquel que reclamó alguna acción.


Lo mejor: acabar el partido con fuerzas suficientes para salir al contraataque y ganar el último cuarto.


Lo peor: las constantes perdidas de balón en el primer pase y el desorden en ataque, abusando del tiro exterior sin acierto ni actitud en el rebote.


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Trabajada victoria la que obtuvieron los Picotas está jornada, demostrando que poco a poco van cogiendo el ritmo de competición. Era la primera vez que se enfrentaban a San Cristóbal 69ers, equipo del que apenas habían visto unos minutos, pero que mirando los resultados en la clasificación, apuntaba a que no iba a ser fácil cosechar los dos puntos.


El primer cuarto comenzó con un parcial de 0-7 a favor de los Picotas, que lanzaban con acierto tanto desde dentro como desde fuera. Pronto, San Cristóbal se repuso, devolviendo el parcial en escasos dos minutos. Mucho tuvieron que ver las constantes pérdidas de balón, con pases a ninguna parte o a jugadores bien cubiertos, algo que habrá que pulir de cara a sucesivas jornadas. Un nuevo triple volvió a dar ventaja a los de morado, dejando el marcador al final del cuarto en 7-10.


En el segundo cuarto el equipo se descompensó atrás y San Cristóbal aprovechó la coyuntura para ponerse por delante. El ataque no funcionaba mejor que la defensa. Los locales subieron sus líneas haciendo más difícil la circulación del balón y, demasiado estáticos, los Picotas no encontraban buenas líneas de pase. El partido se trabó con la señalización de varias faltas inexistentes, algunas de ellas demasiado claras como para pensar en un error. El largo tiempo que estuvo el balón parado evitó que San Cristóbal se distanciara. Aún así, se fueron al descanso tres arriba, 18-15.


Fue en este momento cuando Sergio fue a pedir explicaciones al árbitro por una falta que le había sancionado en un choque donde él además se llevó la peor parte. Una pugna por un balón que no era posesión de nadie y en la que, si alguien cometió falta, desde luego no fue el 15. Una vez más, el árbitro fue incapaz de dar explicaciones sobre lo que había señalizado, la conversación dio paso a una técnica, seguida de otra que acabó con la descalificación de Sergio. Hecho del que pocos se enteraron por lo extraño de lo sucedido y que diezmaba peligrosamente el juego interior de los Picotas.

Imagen del absurdo al tener que abandonar el banquillo tras las dos técnicas



Sin embargo, como sucede en muchas ocasiones, un suceso adverso sirve para despertar del letargo y, lo que en un primer momento parece ser una mala noticia, se convierte en acicate para darle la vuelta a la situación.


Apretando las clavijas en defensa, los Picotas evitaron canastas fáciles y consiguieron salir en contraataque. El ritmo del partido se hizo más fluido, lo que beneficiaba a los visitantes, pero San Cristóbal no le perdía la cara al encuentro y bien tirando desde fuera, bien penetrando hasta el medio de la zona, volvía a darle la vuelta al marcador. Fueron momentos de incertidumbre en los que no había un dominador claro del juego. Hasta que tras un parcial de 0-6 y un triple posterior, los Picotas se adelantaban de seis a falta de un minuto para terminar el cuarto, aunque San Cristóbal volvía a acortar distancias para irse al descanso 30-33.


Sin embargo, los Picotas habían encontrado la dinámica para llevarse el partido. Tenían el ritmo y no lo dejaron escapar. Primero contestaron con un triple y un rápido contraataque a un tiro de 6,25 convertido por San Cristóbal. Después, les secaron durante eternos minutos, en los que los de amarillo no consiguieron anotar un solo punto, recibiendo además un parcial de 0-8 que dejaba casi sentenciado el partido. Y ya en los últimos minutos, siguieron viendo el aro con acierto para poner un marcador final de San Cristóbal 69ers 38 - 53 Picotas.




Incidencias: en un choque por la disputa de un balón, Sergio salió lesionado en la zona de las costillas. Aunque no hay fisura, se estima que esté un mes de baja. Ese encontronazo sería el inductor de su expulsión.


Arbitraje: malo tirando a nefasto. Pitó muchas faltas que claramente no lo eran y dejó sin sancionar otras demasiado evidentes como para pensar que de verdad no las hubiera visto. Tampoco mantuvo un criterio durante todo el partido, sembrando de dudas a los jugadores, que no sabían dónde colocar el listón del contacto en cada acción. Poco comunicativo, expulsó a Sergio por solicitar explicaciones sobre la falta sancionada cuando recibió el golpe anteriormente mencionado. Pasan los años y no gana experiencia. Otro claro exponente de quien está ahí para llevarse la pasta sin importarle su oficio.


Lo mejor: haber tenido que sufrir y ponerse serios para conseguir la victoria y haberlo hecho con ánimo e ilusión.


Lo peor: la lesión y posterior expulsión de Sergio, que deja a los Picotas en cuadro en el juego interior de cara al próximo partido.

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domingo, 29 de octubre de 2017

No pudo ser. La derrota de esta jornada no dejará en mal estado las aspiraciones baloncestisticas de los Picotas. Fue un partido previsible, que siguió el guión establecido otros años y que no tendrá mayor relevancia esta temporada que los puntos que se otorgan en la clasificación.


Aunque el partido no arrancó bien, el poco acierto en los tiros libres de Basket Botellin evitó que se distanciaran en el marcador desde el inicio. Los locales no conseguían parar las penetraciones laterales de sus rivales, llegando tarde a puntear los tiros y cayendo en las fintas, que tras desbordarles, servían para doblar el balón a un compañero desmarcado que entraba por el centro y anotaba con facilidad. Sin embargo, el buen acierto desde la línea de tres mantuvo a los de amarillo dentro del partido, terminando el cuarto en un esperanzador 12-13.


Mantener ese nivel de efectividad era una tarea harto complicada y pronto se vio que no iba a ser el día para dar la sorpresa. La fatiga en algunos jugadores comenzó a hacer mella. Se perdieron varios balones en pases flojos sin un destinatario claro, no había movimiento y los visitantes defendían sin esfuerzo logrando contraataques sin oposición. De esta forma, fueron obteniendo pequeños parciales de 0-6 que dejaron el marcador al final del cuarto en 18-31. Los Picotas asumieron la derrota antes de que se produjera, sabedores de una remontada poco probable y sin ánimo suficiente para intentarlo, pero al menos con la determinación de no dejarse llevar y hacer un papel lo más digno posible.



























En el tercer cuarto, el juego se hizo más espeso. El intercambio de canastas favorecía a los de negro, pues les servía para mantener su ventaja, pero tampoco les vino mal a sus oponentes, que daban por bueno acabar el partido con ese marcador. Incluso llegaron a acercarse a 11 a falta de dos minutos para el descanso. Tres tiros exteriores convertidos volvieron a poner tierra de por medio para terminar el cuarto 26 - 44.


En un último cuarto sin trascendencia, anotar se puso caro. Ambos equipos acusaban el cansancio, a pesar de que esto se hacía más patente en los de amarillo, que erraron muchos tiros y a los que les costó encestar. Por su parte, Basket Botellín tampoco estuvo demasiado acertado y la anotación decayó.


En los minutos finales del encuentro, con todo decidido, defendieron a todo el campo incluso presionando los saques de fondo, quizá con la intención de hacer sangre en la herida o quizá para superar la sextena, quién sabe. Mas los Picotas supieron solventarla con solvencia y el partido finalizó con un digno Picotas 35 - 55 Basket Botellín.


Incidencias: sin incidencias reseñables. El partido discurrió en su mayor parte por los cauces de la deportividad. Como siempre, un jugador concreto de BB se mostró excesivamente duro en sus faltas, e hizo comentarios que no venían a cuento, pero no hubo ningún conato de trifulca y el encuentro terminó sin lesionados.


Arbitraje: notable. No tuvo errores de bulto. Algunas faltas inexistentes no fueron sancionadas y otras que sí lo fueron, se quedaron en el limbo, pero su actuación general fue bastante buena. Pitó una antideportiva aplicando la nueva normativa que podría haberse ahorrado.

Lo mejor: haber mantenido un nivel defensivo aceptable, mejorando el de los anteriores partidos y ver que ya empiezan a entrar los tiros.

Lo peor: el exceso de dureza en algunas faltas fue desmedido y no tiene sentido en una liga en la que no nos jugamos nada.

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Publicado por Picotas

sábado, 21 de octubre de 2017

Tras el tropiezo de la primera jornada, los Picotas, esta vez con más efectivos y ante un rival menos exigente, pudieron resarcirse con un partido aceptable.


En el cinco inicial que saltó a pista se encontraba Javier, el nuevo fichaje de Picotas, que tuvo una actuación notable aportando criterio, buena defensa y tiro exterior. No estuvo nada egoísta como a veces sucede en un debut, en el que por la necesidad de hacerlo bien uno puede confundirse intentando meter muchos puntos, cuando no es eso de lo que se trata.


El primer cuarto discurrió tranquilo. La tónica eran los fallos. Mientras que Évora lanzaba de tres con poco acierto, los Picotas lo intentaban también desde distintas posiciones pero con mejor destino. La defensa era floja y eso permitió que Évora anotara algún tiro de media distancia. No obstante, el resultado de empate a 12 parecía sospechosamente abultado para lo visto sobre el parqué. Luego veremos por qué.


En el segundo cuarto la tónica fue similar, aunque en el inicio, unas canastas en las que la suerte estuvo presente, incluido un triple a tabla, y el 100% en tiros libres, permitió que Évora les endosara un parcial de 0-7 que hacía saltar las alarmas. La defensa de Picotas distaba mucho de la presentada en algunos tramos de la temporada anterior y eso permitía que los visitantes mejoraran sus porcentajes a medida que se acercaron al aro.


La defensa de Évora estaba muy cerrada, pero los Picotas supieron mover bien el balón para encontrar un tiro cómodo o una buena combinación entre pivots con la que anotar bajo el aro. De esta forma, poco a poco, fueron recuperando la desventaja adquirida para conseguir llegar al descanso con un aceptable empate a 25.


Todos sabían lo que había que mejorar si querían llevarse la victoria, de modo que, sin muchas directrices, sino más bien con un acuerdo tácito, los Picotas saltaron a la cancha con la intención de no dejar ni una canasta fácil más. Los resultados no se hicieron esperar. Un triple y tres contraataques consecutivos lanzaron a los locales, que en el minuto 8 y tras un parcial de 14-0, concedieron la primera y única canasta en juego de todo el cuarto. Merced a este buen trabajo, el partido quedó dictado para sentencia a falta de un cuarto, con los jugadores de Évora agotados físicamente. El 43-28 fue una buena muestra de lo que debería ser la tónica en el resto de partidos.


En la recta final, tras un intercambio de canastas, los de amarillo alcanzaban su máxima ventaja en el minuto 5 (50-32), lo que propició cierto relajamiento que Évora aprovechó para intentar volver a meterse en el partido. De nuevo la pasividad defensiva permitió tiros fáciles y segundas y terceras jugadas por no cerrar el rebote. Hubo que pedir un tiempo muerto para poner un poco de orden y aclarar las ideas, con el fin de no pasar apuros en los últimos minutos. No hubo percances y los Picotas se llevaron la victoria, primera de la temporada y que les sitúa terceros en la clasificación. El resultado final: Picotas 55 - 41 Évora Marketeam.


Incidencias: En el primer cuarto, el mesa anotó una canasta de 5 puntos a Évora, como se puede apreciar en la imagen, por ese motivo terminó el cuarto con empate a 12.

Muchos jugadores estaban contrariados porque no recordaban haber recibido tantos puntos. El resultado debería haber sido 12-9 y, por lo tanto, el marcador final 55 - 38. También anotó una canasta al número 15 de Évora, que no existe. Creo que sí fue real y simplemente se confundió de número, pero también podría ser que robara a Picotas dos puntos más.


Arbitraje: inconcluso y carente de criterio, se dejó llevar más por las protestas que por lo que verdaderamente estaba pasando. Pitó dos antideportivas de las que aún no estamos acostumbrados pero que ya se empiezan a ver en ACB. Quizá un poco rigurosas. Dejó sin sanción multitud de acciones de apartar con un brazo para poder tirar mejor con el otro, aunque en su defensa diré que no siempre se pitan, tiene que ser muy evidente la ventaja obtenida. Tampoco fue un partido bronco, por lo que su actuación no trascendió al resultado final.


Lo mejor: conseguir una victoria cómoda ante un rival correoso y el esperanzador debut Javier.


Lo peor: la blanda defensa en tres de los cuatro cuartos, que se debe claramente a la falta de concentración, pues en uno al menos se pudo ver que saben como se hace.


Estadísticas: Nota: Dos puntos y un tiro libre errado, fueron anotados sin poner el número, por lo que se quedan fuera de las estadísticas.




Publicado por Picotas
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1. David "Ame" Milla 2. Daniel "Pitufo Gruñón" Moreno 4. José "Papadopoulos" Inchausti 5. David "Truchón" Gonzalo 8. Jesús "Cullen" Camara 10. Enrique "Padre Benito" Martín 11. Alberto "Hilo de seda" Muñiz 15. Sergio "El Espigado" Milla 16. Antonio "Juan Palomo" Lora 24. Alberto "Modosito" Arrojo 33. Óscar "El Padrino" Antón